El viaje de Pedro Sánchez, de garantizar la captura de Puigdemont a anunciar su amnistía

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

ESPAÑA

Imagen facilitada por Junts de la reunión entre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán y Carles Puigdemont
Imagen facilitada por Junts de la reunión entre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán y Carles Puigdemont Europa Press

El presidente viró su opinión tras dos elecciones y una negociación secreta

23 nov 2023 . Actualizado a las 20:25 h.

En marzo del 2021, Junts, ERC y la CUP presentaron una propuesta de ley de amnistía para los condenados por el procés que no levantó excesivo revuelo. Suele ocurrir con las propuestas que se dan por descartadas desde el principio. Así fue. No llegó ni a tramitarse porque el PSOE, ya con Pedro Sánchez en Moncloa, unió sus votos a los del PP y Vox para rechazarla. Pero hoy los socialistas y el propio Pedro Sánchez han cambiado de opinión, y defienden una medida de gracia que durante años consideraron una ilegalidad que podría ser dañina para el país.

El no del PSOE sostenido durante años

Sánchez no estaba solo en su rechazo a la amnistía, ni mucho menos: toda la cúpula del Gobierno estaba en contra. «A diferencia de la amnistía, claramente inconstitucional, que se reclama desde algunos sectores independentistas, el indulto no hace desaparecer el delito», afirmó el 22 de junio de 2021 el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, hoy magistrado del Tribunal Constitucional.

El ministro de Cultura, Miguel Iceta, afirmó tres días después: «No va a haber amnistía. No va a haber autodeterminación. Va a haber diálogo y política».

El líder del Partido Socialista en Cataluña y exministro de Sanidad, Salvador Illa, también fue tajante. El 12 de noviembre del 2022, tras los indultos a los independentistas condenados, dijo «queda el 155 y no habrá amnistía (...) Ni amnistía ni nada de eso, lo repito para que quede claro: ni amnistía ni nada de eso». Illa aguantó esa posición el día después de las elecciones generales, cuando ya se sabía que sin Junts no habría gobierno. Ese 24 de julio dijo «la amnistía no es factible desde un punto de vista de respeto al estado de derecho».

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Hubo otras negaciones, pero quizá la más severa fue la que pronunció el 27 de abril del 2021 Carmen Calvo, doctora en Derecho Constitucional y entonces vicepresidenta del Gobierno: «La única respuesta posible es que [la amnistía] no es planteable en un estado constitucional democrático porque sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado: el judicial».

El no que Sánchez pronunció por última vez a dos dias de votar

Hasta después de las elecciones generales, Pedro Sánchez nunca defendió la amnistía. En el 2018 planteó que se persiguiera a los líderes del procés por un delito de rebelión, más grave que el de sedición que les atribuyó la Abogacía del Estado cuando él ya había llegado a Moncloa. «Hoy concluye un proceso judicial ejemplar», dijo el 14 de octubre del 2019, cuando se conocieron las condenas. El 10 de noviembre, en plena campaña electoral, proclamó sobre Puigdemont: «Me comprometo aquí y ahora a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la Justicia española».

Antes había reprochado a sus aliados de Podemos que tuviesen otro criterio: «Escuchamos a los comunes hablar de que hay presos políticos, cuestionar la labor de los jueces y afirmar que van a salir con los independentistas a pedir la amnistía de los presos».

El 30 de junio del 2021, contestó a Gabriel Rufián, portavoz de ERC: «Si hablamos de la autodeterminación y la amnistía, el recorrido es el que es. Por eso hablo del principio de realidad. Es lo que se merecen los catalanes».

El 15 de septiembre del 2021, tras reunirse con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés (ERC), fue tajante: «Tenemos posiciones muy distintas en el ámbito de cómo resolver esta crisis. Es evidente que para el independentismo, el referendo y la amnistía, pues es su propuesta. Y para nosotros, pues evidentemente, ni el referendo ni la amnistía es posible. La amnistía y el referendo no son posibles porque la Constitución no los incorpora».

El 22 de noviembre del 2022 reiteró que la medida de gracia no encajaría en la Constitución, y destacó su satisfacción porque «en Cataluña prima la convivencia y no la confrontación».

Sánchez negó la amnistía hasta la misma jornada de reflexión de las última elecciones generales. El 20 de julio, en una entrevista, afirmó: «El independentismo pedía la amnistía, pedía un referendo de autodeterminación y no ha habido amnistía y no habrá referendo de autodeterminación». Al día siguiente, en una entrevista, preguntado sobre si daría la amnistía o el referendo, contestó: «No, no es algo futurible. Es que ya llevo cinco años gobernando. El independentismo pedía la amnistía y no la ha obtenido».

El sí de Sánchez no llegó hasta octubre

Tras las generales, se dio por segura la amnistía, pero Sánchez no admitió el viraje hasta el 28 de octubre, cuando convocó al comité federal del PSOE para decir «en el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Catalunya por los hechos acaecidos en la década pasada». No explicó cómo una medida que antes no incorporaba la Carta Magna, hasta el punto de que una doctora en derecho Constitucional la consideraba equivalente a suprimir un poder el Estado, pasó a ser legal. Tampoco lo explicó en su discurso de investidura, cuando repitió que «en nombre de España, en el interés de España y en defensa de la concordia entre españoles, vamos a conceder una amnistía a las personas encausadas por el procés». La aplicación del Código Penal, que había defendido incluso con mayor severidad en el 2018, pasó a ser cosa de la «derecha retrógrada», es decir de Vox y el PP que «no pueden volver a sembrar la discordia y atizar el fuego del odio».

un viraje que se empezó a negociar en marzo

El giro de Sánchez se ha situado de forma oficial en el comité federal del 28 de octubre, pero tuvo que ocurrir antes. Esta semana, el número 3 del PSOE, Santos Cerdán, reveló en una entrevista con Navarra Televisión que «son unos meses ya de un trabajo intenso, en la sombra (...) Es lo que hemos hecho. Quiero recordar que la primera reunión que tuve con Junts ya era en marzo, antes de las elecciones autonómicas». Los sondeos eran malos para el PSOE, que perdió casi todo su poder territorial en esos comicios. Fue la primera reunión. Cuatro meses después, en julio, Sánchez rechazó la amnistía. El presidente, en campaña, dijo sobre sus giros: «Eso no es mentir, es cambiar de opinión».