Sánchez se encomienda a que la candidatura de Yolanda Díaz llegue viva a las elecciones generales

Paula de las Heras COLPISA

ESPAÑA

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Montenegro, este domingo en Cetinje
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Montenegro, este domingo en Cetinje Boris Pejovic | EFE

El presidente, que precisa que el espacio a su izquierda resista, descarta una ruptura táctica con Podemos al final de la legislatura

01 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El escepticismo es legítimo. La propia Yolanda Díaz lo alimentó hace apenas una semana, cuando descartó que Sumar, la plataforma que promueve, llegue a tiempo para concurrir a las elecciones municipales de mayo del 2023. No ayudan las zancadillas del ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, los choques con la actual dirección de los morados ni lo mucho que ella ha tardado en pulsar el botón de arranque del «proyecto de país». Pedro Sánchez, sin embargo, da por sentado que la vicepresidenta segunda del Gobierno culminará con éxito la construcción de una candidatura para concurrir a las generales. «Sin lugar a dudas», afirmó en una conversación informal con los periodistas que le acompañan en su gira por los Balcanes.

El presidente del Gobierno siempre ha reconocido que el PSOE necesita que el espacio político a su izquierda llegue fuerte a los comicios, porque volverá a precisar su apoyo para seguir en la Moncloa. Después de haber superado un período de sesiones complejo, con votaciones de infarto, y haber revertido el desánimo de la derrota andaluza con su nuevo discurso contra «los poderosos», la lectura del presidente es que las cosas no han ido tan mal con sus socios. «Empatizo con un Gobierno que ha vivido situaciones extremas; su trabajo es bastante positivo», argumentó para relativizar los inconvenientes de un ruido que ha pedido rebajar.

«Un año duro»

Sánchez dejó claro que apretaría el lazo con Podemos y el resto de aliados. Lo visualizó con el contenido del segundo plan anticrisis y en el debate sobre el estado de la nación, en el que sumó al impuesto para las grandes energéticas otro a la banca. Pero desde Mostar descartó además una ruptura táctica de la coalición en los compases finales de la legislatura. «Es bueno lanzar el mensaje de que la izquierda sabe entenderse y trabajar junta», argumentó.

Suavizada la tensión con ERC, el Ejecutivo cree que el camino para aprobar los presupuestos del 2023 se allana. Está dispuesto, además, a seguir pisando el acelerador con iniciativas legales del agrado de sus socios para transmitir que está en condiciones de seguir funcionando a pleno rendimiento. «Ha sido un año duro», reconoció. El presidente sigue determinado a agotar la legislatura. Es consciente de que la inflación es su principal enemigo electoral, pero confía en que a partir de septiembre la curva empiece a aplanarse y se muestra esperanzado con la posibilidad de que la UE acepte sus propuestas de reforma del mercado eléctrico.