La delegación gallega se fractura en dos debido al pulso de las primarias

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

Gonzalo Caballero y Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE
Gonzalo Caballero y Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE cedida

Pilar Cancela repite como representante del PSdeG en la ejecutiva federal

17 oct 2021 . Actualizado a las 00:17 h.

El socialismo gallego viajó a Valencia navegando a contracorriente. Si hay algo que se cuidó en la escenografía del 40º Congreso Federal del PSOE fue la imagen de unidad, el reencuentro de toda una familia con su larga tradición, la fusión de todos los pesoes, el abrazo de Pedro Sánchez con Zapatero, pero también con Felipe González, y la memoria cultivada de los que ya no están: Rubalcaba, Carme Chacón, Txiki Benegas y, cómo no, Ernest Lluch y las víctimas del terrorismo etarra. En cambio, el PSdeG se unió la fiesta a contrapelo, cada uno como pudo, pero mostrando la brecha interna que se abrió con las convocatoria de las primarias que, el próximo día 30, decidirán el futuro liderazgo del partido.

La fractura se hizo muy visible ayer cuando el secretario xeral del PSdeG y candidato a la reelección, Gonzalo Caballero, reservó una sala en el recinto de la Feria Valencia para reunir a toda la representación galaica, formada por 59 delegados y otros tantos invitados, encontrándose así con un alarga lista de ausencias. En una breve intervención, expuso que este tipo de reuniones y la foto de familia formaban parte de la tradición del partido y que era conveniente mantener el ritual para mostrar unidad y «que no se viera nada raro», explicó una de las delegadas que asistieron al encuentro.

El caso es que en la foto de familia reunió a medio centenar de personas, pero solo a una veintena de delegados con derecho a voto, entre los que se encontraban algunos de los diputados que lo apoyan, como Pablo Arangüena, Noa Díaz y Martín Seco, pero también representantes institucionales como el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, o el eurodiputado lalinense Nicolás González Casares.

Para la instantánea gallega se llegó a reclutar incluso a Pilar Cancela, secretaria de Estado de Cooperación Internacional y única representante del PSdeG en la ejecutiva federal, que repetirá en el cargo, y a uno de sus invitados en el cónclave de Valencia, el secretario general de la Internacional Socialista, el chileno Luis Ayala.

Valentín Formoso se dirige a los delegados provinciales de A Coruña
Valentín Formoso se dirige a los delegados provinciales de A Coruña

Los contactos de Formoso

Y casi a la misma hora que esa reunión, se celebraba otra diferente de la delegación coruñesa, auspiciada por la persona que competirá con Caballero en las primarias, el alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso. En esta otra cita estuvieron presentes desde la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, hasta sus homólogos de Ferrol y Santiago, Ángel Mato y Sánchez Bugallo, respectivamente, así como el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y otros cargos.

«Más que dos delegaciones del PSdeG, lo que hay aquí son hasta ocho grupos gallegos», manifestó uno de los delegados del cónclave socialista, deslizando que se pueden ver dos agrupaciones distintas de cada provincia, una alineada con Caballero y la otra con Formoso. Algo parecido le ocurre -aunque de forma menos acusada- a la delegación del PSOE madrileño, que también están pendiente de decidir su futuro en unas primarias.

La división en dos bandos impidió que el PSdeG pudiera viajar a Valencia con una apuesta clara para promover a algún perfil a los órganos de dirección del partido. Así que cualquier decisión sobre la representación gallega en Ferraz quedó en manos de Pedro Sánchez, que optó por renovar su confianza en Pilar Cancela, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, que asumirá la responsabilidad del área de acción exterior en la ejecutiva federal.

La renovada confianza depositada en Cancela, que fue la jefa del aparato del PSdeG en la etapa de José Ramón Gómez Besteiro, fue aplaudida de inmediato por Formoso, que también compartió con ella cargo en la dirección del socialismo gallego. En cambio, supuso un jarro de agua fría para las expectativas que tenía Gonzalo Caballero de colocar a una persona afín en Ferraz.