Juan Cotino: una larga trayectoria salpicada por la corrupción y la Gürtel

Burguera MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Juan Cotino, exvicepresidente de la Generalitat, en una imagen de archivo
Juan Cotino, exvicepresidente de la Generalitat, en una imagen de archivo Jorge Gil - Europa Press

Muere por coronavirus el exdirector general de la Policía y exdirigente del PP, que enfermó después de sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional

13 abr 2020 . Actualizado a las 21:46 h.

El coronavuirus acabó este lunes con la vida del exdirector general de la Policía y exdirigente del PP Juan Cotino. La estrella política de Cotino, de 70 años, soltero y sin hijos, sufrió un vuelco en el 2006. Hombre muy religioso, miembro del Opus Dei, se había volcado con la visita del papa Benedicto XVI a Valencia con motivo del Encuentro Mundial de las Familias. Ese empeño, presuntamente desmedido, le llevó a los tribunales y a sentarse el pasado 8 de marzo en el banquillo de la Audiencia Nacional, acusado de ser el «hombre clave» en una de las piezas de la trama Gürtel, la que persigue los supuestos amaños y comisiones ilegales pagados en la contratación de los eventos por la visita del pontífice.

El juicio se suspendió a los pocos días, Cotino regresó enfermo a Valencia e ingresó, el 17 de marzo, en el Hospital de Manises con fiebre alta. Inicialmente, dio negativo en el test de coronavirus. Se le diagnosticó una gripe común. Pero no. Al final, fue el coronavirus lo que le llevó hasta la UCI, donde murió tras cuatro semanas de convalecencia en el centro.

Una fatalidad que cerró una biografía que comenzó a declinar el 3 de julio del 2006, cuando, días antes de iniciarse la visita papal, se produjo el accidente de metro que segó la vida de más de 40 valencianos. Cotino jugó un papel determinante en la gestión por la Generalitat de ese accidente, en todo lo que se refirió a las víctimas. Ese protagonismo lo situó en el foco mediático nacional a partir del 2013. Un año más tarde, en octubre del 2014, dimitió como presidente de Les Corts, un puesto institucional que le situó como segunda autoridad de la Generalitat, el último cargo político de una actividad que se inició en 1976.

Juan Cotino ingresó en UCD en plena Transición y en 1991, integrado en el PP, se convirtió en concejal del equipo de Gobierno de Rita Barberá. Formó parte de aquel núcleo duro de populares que, desde el Ayuntamiento de Valencia, hicieron carrera política, como fue el caso de Manuel Tarancón, José Luis Olivas o Francisco Camps. En 1996, ya con el popular José María Aznar al frente de la presidencia del Gobierno, fue nombrado director general de la Policía, cargo que ejerció seis años, tiempo en el cual, según las investigaciones del caso Erial, trasladó personalmente cerca de 600.000 euros en metálico a Luxemburgo para una sociedad investigada en el cobro de comisiones de Eduardo Zaplana.

El declive

En el 2002 cesa como máximo responsable de la Policía y vuelve a Valencia, a dirigir la Delegación del Gobierno en la Comunitat, donde se mantiene hasta la victoria del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en el 2004. Fue relevado en abril. En agosto, Camps lo incorporó a su equipo en la Generalitat como consejero de Agricultura.

La figura de Cotino fue ganando peso en el Gobierno autonómico y en el partido. Se convierte en vicepresidente tercero del Ejecutivo valenciano a partir del 2007, puesto que alternó desde el 2009 con las competencias en Bienestar Social, lo que le valió fuertes críticas de la oposición. Su familia cuenta con importantes intereses en el sector de las residencias. La prevalencia de Cotino en el Consell era enorme, así como su complicidad con el presidente Francisco Camps. En el  2011 alcanza la presidencia de Les Corts, cargo al que llega un 9 de junio, un mes y medio antes de que Camps dimitiese tras conocerse que iba a sentarse en el banquillo por el caso de los trajes, del que finalmente fue absuelto.

Empezaba así el via crucis del PP valenciano por la trama Gürtel, un periplo que finalmente obligó a Cotino a comparecer en la Audiencia de Madrid y acabó con su enorme influencia entre los populares de esta comunidad y con su dimisión. Anuncia que se dedicará a la explotación del caqui y rebaja al máximo su presencia pública, pero las sospechas acerca de su actuación siguen creciendo, en especial por su gestión del accidente de metro y el supuesto cobro de comisiones por la instalación de pantallas con motivo de la presencia del pontífice.

Se ve imputado también en la trama Erial y en otros contratos de la fundación que organizó la visita del Papa. En 2018, los agentes de la Guardia Civil entraron en la alquería de Xirivella, su localidad natal, donde vivía junto a buena parte de su familia, y en la que durante años se celebraron reuniones políticas al más alto nivel mientras Cotino, con buena mano en la cocina, preparaba paellas. Alguna de ellas las probó allí mismo, en esa masía, Mariano Rajoy, ministro de Interior cuando Cotino dirigía la Policía.