La difícil segunda investidura de Albor

ELECCIONES GALLEGAS 18F

María Pedreda

Tras tres intentos fallidos, el presidente de la Xunta logró revalidar el puesto por mayoría simple gracias a la abstención de Coalición Galega

07 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia, sitio distinto. Mientras en el resto del país funcionaba a pleno rendimiento el rodillo parlamentario de la mayoría absolutísima del PSOE de Felipe González, a mediados de los ochenta Galicia se movía en la geometría variable para buscar mayorías de gobierno. Es decir, la comunidad oscilaba entre las coordenadas que viviría el Estado a partir del 2016 con la irrupción de los nuevos partidos y un cierto declive del bipartidismo, cuando las mayorías absolutas se convirtieron en un artículo de lujo. Así, las elecciones de 1985 no le dieron la mayoría absoluta al triunvirato de Alianza Popular: el candidato a revalidar la presidencia de la Xunta, Gerardo Fernández Albor; su vicepresidente, Xosé Luís Barreiro Rivas; y la sombra siempre presente de Manuel Fraga, que entonces seguía empeñado en su cruzada a nivel estatal, aunque pronto se retiraría a Galicia. La Coalición Popular formada para recoger los restos de la explosión de UCD incluía otros dos partidos: el Partido Demócrata Popular (PDP) y el Partido Liberal. Pero sus costuras estaban hilvanadas y existía una cierta incompatibilidad entre el fraguismo clásico de AP y los centristas rescatados del naufragio de UCD, cuyo heredero, el CDS, no lograría tener escaño en el pazo de Fonseca. Los votos centristas se concentrarían en Coalición Galega (CG), que con un alma progresista y otra más conservadora sería la compleja llave para la gobernabilidad de la segunda legislatura.

Poco antes, los partidos habían pactado una ley electoral que situaba en el 3 % el porcentaje mínimo para acceder a la Cámara y que elevaba de 71 a 75 los diputados, aunque la nueva normativa no pudo aplicarse en la cita electoral de noviembre de 1985 y hubo que esperar a las de 1989, ya con Manuel Fraga como candidato.

El caso es que la Coalición Popular logró 34 escaños, se quedó a dos de la mayoría absoluta y las miradas se dirigían hacia los once diputados de CG, que podían otorgar el poder tanto a Albor como al socialista Fernando González Laxe.

Fernández Albor tardó dos meses en convertirse en presidente, después de tres sesiones de investidura fallidas. Al cuarto intento, en febrero de 1986, los diputados de Coalición Galega se abstuvieron y su candidatura logró la investidura por mayoría simple, pero con la sensación de que iba a ser una legislatura muy inestable.

El discurso de Albor previo a la votación fue muy breve. «Sométome á Cámara como demócrata, e decida o que decida, paréceme ben», dijo. Pablo González Mariñas, por su parte, fue el encargado de explicar la abstención de CG, que sería clave en los acontecimientos que llevarían a la moción de censura de septiembre de 1987. «Coalición Galega non pode dicir neste momento que estea satisfeita, a pesar do responsable e sacrificado paso político que hoxe dá coa súa abstención. Pero non pode sentirse responsable nin co candidato nin coa súa política». González Mariñas quería dejar clara así su postura de «inequívoca oposición».