Solo el 15 % de las ayudas europeas han recalado en las empresas privadas

C. P. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

Bruselas pide a España que mantenga sus compromisos para recibir el dinero

15 mar 2024 . Actualizado a las 09:45 h.

España ha llegado al ecuador de su plan de recuperación y lo ha hecho con el sector público —y la empresa estatal Adif concretamente— como cabeza tractora de las ayudas europeas (Next Generation EU). De los 32.500 millones de euros que se han asignado —de los cerca de 163.000 millones en préstamos y subvenciones disponibles—, solo el 15 % ha ido a parar a empresas privadas, según reconoció el propio Gobierno a finales del 2023. Compañías vinculadas, mayormente, a la movilidad (trenes y automóviles). Un 82 % del dinero ha acabado en entidades estatales (ministerios, comunidades autónomas o ayuntamientos).

A pesar de todo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, celebró ayer la «ejecución elevada y equilibrada» de los fondos, que «están llegando a las empresas y la economía real». No sin grandes obstáculos, como él mismo reconoció al subrayar la importancia de reducir la carga regulatoria y de mejorar los procesos de seguimiento de los proyectos y su despliegue.

Desde que arrancó el plan en el 2021 y hasta finales del pasado mes de febrero se habían abierto convocatorias para 60.000 de los 70.000 millones de euros previstos para la primera fase del programa. Y todavía queda por delante la segunda, la más compleja, como advirtió ayer en Madrid el comisario de Economía, Paolo Gentiloni: «La segunda parte del plan va a ser más complicada, las inversiones llegan a un punto crítico, por eso es crucial mantener el mismo nivel de compromiso y ambición», señaló ante la atenta mirada del ministro.

El italiano instó al Gobierno a «reforzar las capacidades de las Administraciones para absorber los fondos» y a mejorar la coordinación entre todos los niveles del Estado y la comunicación de las oportunidades de financiación existentes. «Son muchos los retos cuando se trata de absorber cifras tan grandes», remachó en rueda de prensa, antes de insistir en que no habrá prórroga al despliegue de los fondos. El plazo terminará en el 2026 y «es un plazo definitivo», apostilló.

A pesar de las advertencias, el comisario también se mostró satisfecho con los resultados de la reforma laboral que alumbró el Gobierno en diciembre del 2021 para reducir con rapidez las elevadas tasas de temporalidad y parcialidad crónicas en el mercado de trabajo. Un esfuerzo que se ha visto empañado por el incremento del número de fijos discontinuos, que han pasado de los 420.000 a inicios del 2022 a los 820.000 actuales —estos trabajadores pasan largas temporadas sin actividad y no computan como desempleados—.

Gentiloni se mostró confiado en el potencial de crecimiento de la economía española, que podría aumentar su producto interior bruto (PIB) en 3,5 puntos de aquí al 2025 alentada por las ayudas de la UE. «Lo que bien empieza bien acaba», deslizó para poner el broche a su participación en la jornada, organizada por la Comisión Europea. El vicepresidente de la institución, Valdis Dombrovskis, se despidió de Cuerpo recordando los deberes pendientes: «España debe acelerar sus inversiones nacionales y regionales previstas y recabar apoyo en ámbitos de reforma como la fiscalidad, la industria, la gestión del agua y la protección social».

La Comisión le da al Gobierno dos meses más para desbloquear 10.000 millones

Durante la rueda de prensa, el propio Cuerpo anunció que la Comisión Europea ha dado a España dos meses para adaptar «técnicamente» algunos de los hitos pendientes y de los que depende el desembolso del cuarto tramo de ayudas, que asciende a 10.000 millones de euros.

España solicitó la entrega a finales del 2023 y Bruselas debía examinar si el Gobierno había cumplido con los 61 hitos y objetivos vinculados a este sobre y emitir un juicio antes del 20 de marzo. Sin embargo, han surgido algunos problemas en torno a la reforma del subsidio de desempleo, que decayó en el Congreso.

«Estamos en la fase final de esta evaluación, pero debido al volumen y a las especificidades técnicas que tienen estos hitos y objetivos, hemos considerado que es aconsejable disponer de más tiempo para garantizar la solidez de la evaluación», justificó Cuerpo. Si transcurridos los dos meses el Ejecutivo todavía no ha cerrado este fleco, se vería abocado a un desembolso parcial de las ayudas.

El ministro también trató de apaciguar el nerviosismo a costa del adelanto electoral en Cataluña, que ha forzado la prórroga de los Presupuestos del 2023. A juicio de Cuerpo, esas cuentas «tienen suficiente espacio para la realización de las inversiones y compromisos previstos en el propio plan de recuperación», por lo que no prevé que entorpezcan esta segunda fase de ejecución que, sin embargo, sí se está viendo empañada por la inestabilidad política y la fragilidad del Ejecutivo en términos de apoyos en el Congreso.