Los principales concursos de la crisis en España

Nacho Blanco A CORUÑA / LA VOZ

ECONOMÍA

Desde el 2008 varias empresas nacionales o gallegas han sido abocadas a preconcursos o directamente a la suspensión de pagos

16 abr 2013 . Actualizado a las 09:41 h.

Desde el 2008 la crisis ha abocado a preconcursos o directamente a la suspensión de pagos a empresas nacionales y gallegas de renombre. El sector que ha sufrido el primer impacto y quizás el más duro ha sido el del ladrillo.

Textil y de transformación. Montoto, en Lalín, logró superar un primer concurso en el que prescindió de media plantilla. Toypes liquidó la firma, que contaba con 63 trabajadores. Kina Fernández, registro de la matriz Volvoreta, se acogió al concurso en el 2010, procedimiento que fue tramitado de manera abreviada pues la deuda no era elevada.

Entre las jugueteras, Feber o la propietaria de Scalextric han recurrido al concurso. O la coruñesa Tecam, de material de oficina, que fue líder nacional del sector, se liquidó. Análogo camino siguió la cadena de artículos de regalo y decoración Musgo, que contaba con 270 empleados. Prometheus, propietaria de electrodomésticos Idea y de juguetes Toys R Us, en situación de insolvencia inminente, cuantificó su deuda en 190 millones de euros. La familia Ruiz-Mateos resucitó el imperio Rumasa, que, bautizado como Nueva Rumasa y propietario de conocidas marcas de alimentación como Dhul, Clesa (láctea con fuerte presencia en Galicia) o Trapa, entró en concurso en el 2011.

Construcción e inmobiliaria. Martinsa Fadesa, empresa de orígenes gallegos, presentó concurso en julio del 2008. Negoció con la banca un aplazamiento de la deuda y una regulación de empleo que afectaba a gran parte de sus 800 trabajadores. La administración concursal fijó en 6.905 millones la deuda. Fue el mayor proceso de este tipo en la historia económica española y los damnificados superaron los diez mil. La siguiente en caer fue Hábitat, firma de 300 empleados que suspendió pagos a finales del 2008 ahogada por una deuda de 2.840 millones. Tremón se acogió al concurso voluntario al no poder asumir un agujero de 900 millones. Reyal Urbis, una de las cinco grandes, aguantó hasta el 2013, pero se mostró incapaz de refinanciar una deuda de 3.600 millones. Contaba con una plantilla de 420 trabajadores. Han caído firmas como Sacresa, las gallegas Superco, que presentó preconcurso en el 2010 y hace unos días concurso, o Fontenla en el 2012, propiedad del máximo responsable de los empresarios gallegos.

Naval. Tras el paso a manos privadas en 1998 Hijos de Barreras sufrió un duro ajuste. El concurso supuso que de 400 trabajadores pasara a tener en nómina en el 2012 a 134. Un plan de rescate consiguió salvar a la firma, con menos plantilla y congelación de sueldos. Situación semejante vivió Vulcano, astillero de casi 300 trabajadores, que presentó concurso en enero del 2011 para intentar solucionar una deuda de 195 millones. M. Cíes no pudo soportar la crisis y cerró sus puertas a finales del 2009. Un año después, Factoría Naval de Marín, con una plantilla de 82 personas, presentó preconcurso para renegociar la deuda de 33 millones y buscar un plan de viabilidad. El sector sigue sufriendo los vetos para relanzar sus astilleros .