Las nevadas se convierten en sinónimo de amantes de disfrutar del manto blanco y en ocasiones sin una preocupación mínima por el entorno natural. Este pasado fin de semana eran muchos los vehículos que se acercaban hasta la Serra do Faro, en el entorno de la capilla. Como apuntaba ayer el cronista oficial de Lalín, Daniel González Alén, entre esos cientos de coches y miles de visitantes hay quienes se dedican casi al vandalismo, especialmente con todoterrenos. Derrapadas o pasadas a mucha velocidad terminan dañando el césped, además de poner en peligro a quienes se acercan hasta allí de forma respetuosa.
Lamentaba que un área alfombrada de césped quedase «chea de regos e fochancas» al circular o aparcar los vehículos fuera de las pistas. Pedía algún tipo de actuación para evitar estos excesos en la Serra do Faro.