Deza siembra Venecia de piedras

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

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La artista peruana Sanda Gamarra incluye en su «Pinacoteca Migrante», que representa en la bienal a España, piezas pétreas creadas por O Vila

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

España participa desde 1895 con un pabellón en la prestigiosa Bienal de Venecia, uno de los eventos artísticos más importantes del mundo. Un crisol de tendencias y estilos, de propuestas de lo tradicional a lo más innovador, con creadores de prestigio se presenta en la ciudad de los canales. Este año el pabellón español en este certamen lo protagoniza por primera vez un proyecto de una artista migrante, en concreto la peruana Sandra Gamarra Heshiki, en una exposición comisariada por Agustín Pérez Rubio. En su Pinacoteca Migrante tienen cabida piezas talladas por el cantero y escultor dezano, José Luis Ferreiro Diéguez O Vila.

Desde la producción contactaron con O Vila para ver la viabilidad de que tallase en piedra las bases donde se asientan algunos de los monumentos que conforman la exposición de Sanda Gamarra. El cantero dezano aceptó el encargo y desde ayer sus piezas forman parte de Pinacoteca Migrante, que podrá verse en el Pabellón de España en Venecia hasta el 24 de noviembre. Probablemente en ese más de un siglo de presencia de nuestro país en esta bienal se trata de la primera vez que haya, aunque sea pequeño y formando parte de un conjunto, presencia de Deza.

Las creaciones en piedra de José Luis Ferreiro tienen formas simples, ovoides en su parte superior y planas por debajo, para asentarlas sobre el suelo. En ellas se incluyen sendas hendiduras donde se colocan las imágenes de algunos de los personajes homenajeados por la artista en este proyecto, como Zumbi dos Palmares, Lapu Lapu o Micaela Bastida, la peruana que fue la principal consejera de Túpac Amaru II, a la que acabaron estrangulando, o la boliviana Juana Azurduy, que luchó por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata.

La propuesta de Sandra Gamarra incluye un centenar de cuadros que parten de pinturas de colecciones patrimoniales españolas, desde la época del Imperio a la Ilustración, además de una instalación integrada por doce monumentos con esa especial carga simbólica en la historia de las excolonias españolas, entre los que ya citábamos algunos y cuyas bases de piedra talló O Vila. De esta forma el Pabellón de España queda transformado en una pinacoteca histórica de arte occidental desde el parámetro de la migración en múltiples facetas. Busca darle la vuelta al concepto exportado a las antiguas colonias en torno al arte, presentando series de narrativas históricamente silenciadas.

Pabellón Migrante busca a la vez convertirse en escaparate para debates contemporáneos en relación con el racismo, la migración o el extractivismo. La amplia investigación realizada por la artista peruana se refleja también en una serie de obras nuevas, con pinturas del patrimonio nacional de colecciones y museos de arte toda la geografía nacional como punto de partida. Esas creaciones interfieren con la falta de narrativas decoloniales en los museos, analizando las representaciones sesgadas entre colonizadores y colonizados. Un trabajo que entrelaza campos diversos como la sociología, la política, la historia del arte y la biología.

Distintos espacios

Esta exposición está distribuida en distintos espacios del pabellón español en Venecia, entre ellos el jardín con doce copias pintadas de monumentos que no están en España, esculturas que recuerdan a personajes que sucumbieron a las migraciones de las que hoy somos herederos. En la cara inversa de las obras se podrán leer palabras sobre las figuras o las culturas referenciadas. Se suman cinco salas donde se utilizan distintos géneros de la pintura clásica, desde paisajes a bodegones. Ilustraciones, objetos calificados en la Ilustración de científicos, además de la botánica o los retratos.

Como se destaca desde Acción Cultural Española, la exposición Pinacoteca Migrante «pretende aportar un modelo que ponga al día protocolos en la accesibilidad, diversidad y sostenibilidad de las instituciones, desarmando las estructuras que perpetúan las jerarquías hegemónicas del colonialismo».

Un cantero y escultor que tuvo a Vidal Payo como maestro

José Luis Ferreiro atesora ya una dilatada trayectoria como cantero y escultor. Durante ocho años acudió al taller de Vidal Payo, al que sin duda podemos calificar como su maestro y que en gran medida marcó su continuidad en la búsqueda de formas y belleza en las piedras. Como él mismo reconocía hace un tiempo «trabajar con él fue el motivo que me hizo seguir, porque vi cosas que me gustaron más, llamaban más la atención y me fui animando». Con él aprendió a ver en la roca la futura obra y tallar tan solo con la base de un dibujo o una foto, sin pantógrafos como emplean en las escuelas de cantería.

En distintos espacios urbanos, por ejemplo en Lalín o Rodeiro, podemos admirar sus creaciones. Y en la Fundación Paco Lareo A Solaina de Piloño se exhiben los relieves que cada año ejecuta de los personajes homenajeados por la entidad.