Alcaraz sufre para volver a derribar a Struff

Enric Gardiner MADRID / COLPISA

DEPORTES

Carlos Alcaraz celebró la sufrida victoria.
Carlos Alcaraz celebró la sufrida victoria. Susana Vera | REUTERS

El murciano se mete en cuartos de final del Masters 1.000 de Madrid por tercer año consecutivo tras doblegar al adversario frente al que se coronó la temporada pasada y se medirá a Andrey Rublev

30 abr 2024 . Actualizado a las 20:45 h.

Carlos Alcaraz ya lleva 14 partidos consecutivos ganados en Madrid. Es su mejor racha en cualquier torneo y la confirmación de que, cuando tiene al público a favor, es cuando más disfruta. Incluso tras un final tan nervioso y tenso como el de este martes, con cuatro puntos de partido perdidos y un duelo ante Jan-Lennard Struff que se tuvo que decidir en un tie break final (6-3, 6-7 (5) y 7-6 (4)) y que clasificó al español a cuartos de final por tercera temporada consecutiva. Allí le espera el ruso Andrey Rublev.

Alcaraz, tras dos primeras rondas muy plácidas ante Thiago Seyboth-Wild y Alexander Shevchenko, sufrió de lo lindo ante un rival diferente como Struff, gigantón, con gran servicio y con tendencia a jugar poco los puntos y a ir hacia la red. El alemán, de 34 años y 24 del ránking, alcanzó en Madrid la final el año pasado, sorprendiendo a propios extraños, e inauguró su casillero de títulos la semana pasada en Múnich, en casa. Está en un gran estado de forma.

Con la altura de Madrid y su currículo del año anterior, cuando en la final le arrancó un parcial, Struff, que en su día también le ganó dos sets en Wimbledon a Alcaraz, era un peligro más que serio en la ajetreada tarde en Madrid. Su partido fue en el horario en el que acostumbra Rafa Nadal, pero este fue empujado en el plan por la necesidad de recuperarse después de las tres horas que jugó el lunes contra Pedro Cachín.

Alcaraz, sin embargo, sí llegó libre para poder ver al Real Madrid. Porque el murciano derribó al germano en un partido con muchos altibajos y en el que se complicó en ocasiones más de la cuenta.

Su primer set fue correcto, con una derecha que despejó cualquier duda sobre su aún protegido antebrazo y que alcanzó los 173 kilómetros por hora. Si no le dolió ese golpe, no lo hará ninguno. Salvó las tres oportunidades de rotura que concedió a Struff y golpeó con el break en el sexto juego, sin margen de reacción para el alemán, que comenzó el segundo parcial aún peor, regalando su servicio nada más empezar y dejando que Alcaraz se pusiera 6-3 y 2-0.

Era un escenario propicio para que Alcaraz cerrara el partido en no mucho más de hora y media, pero Struff varió su tenis y empezó a ser más agresivo, sobre todo desde el resto. En su segunda pelota de rotura del parcial, cazó un segundo saque del español y le metió un golpe ganador paralelo que dejó clavado a Alcaraz.

Nervios

El partido había entrado en una nueva dimensión donde la ingente cantidad de dejadas del murciano ya no eran un problema para Struff, que las atrapaba todas para hacerse grande en la red, y donde el saque del alemán era un cañón, capaz de ganar el 80% de puntos con el primer servicio. En la muerte súbita que decidió el set, Alcaraz cometió demasiados errores, tiró tres derechas al pasillo, dejó que Struff pasara de estar 2-3 abajo a 4-3 arriba y, aunque salvó las dos primeras pelotas de set, ambas con su saque, en la tercera no pudo hacer nada ante un servicio directo del alemán.

Torció el gesto el español, que ya no sonreía como en el primer set ante sus golpes ganadores. Había permitido que Struff se le subiera a las barbas y le metiera en un apuro. La tensión había aumentado y por eso, cuando en el tercer set consiguió doblegar el saque de Struff y ponerse 3-1 arriba, Alcaraz, estando aún lejos del triunfo, empezó a apretar los puños y a celebrar en su banquillo.

Jugar contra tenistas como Struff, como lo era ante John Isner e Ivo Karlovic, es en muchas ocasiones como ser un portero ante un penalti. Su servicio puede ir hacia cualquier lado y los reflejos y la toma de decisiones son vitales para acertar. Conseguir un break tan tempranero fue un balón de oxígeno para Alcaraz, que escaló hasta el 4-1 y coqueteó con repetir la desconexión del segundo y regalar otra vez la ventaja.

Struff dispuso de una pelota para meterse de nuevo en el partido y Alcaraz, huyendo de los intercambios, colocó un segundo servicio que el alemán no pudo devolver. Parecía su última oportunidad de reengancharse, sobre todo cuando Alcaraz se puso con 5-3 y 40-0, pero el español, de forma incomprensible, desperdició cuatro puntos de partido y entregó el servicio.

Se metió en un lío difícil de explicar y que pudo acabar mucho peor, si no hubiera salvado una bola de rotura con 5-5, gracias a los servicios al cuerpo que le dieron oxígeno en los momentos más apretados.

En el desempate final, Alcaraz comenzó con 3-0 de ventaja y la tiró toda. Struff remó hasta el 3-4 y se frenó ahí. No hizo ni un punto más y acabó el partido con un golpe en el marco de la raqueta que confirmó lo que se veía venir desde el segundo set: el duelo se había alargado mucho, de forma innecesaria, pero el ganador siempre fue el español.

Alcaraz, por tercer año seguido, jugará los cuartos de final de Madrid. Lo hará ante Andrey Rublev, con el que se ha encontrado solo una vez en el circuito, en la fase de grupos de las Finales ATP de Turín, con triunfo para el español. El ruso está de vuelta tras cuatro derrotas consecutivas entre Indian Wells, Miami, Montecarlo y Barcelona, y en Madrid aún no ha perdido ni un set.