El Guggenheim abrirá el 2024 con un homenaje a Giovanni Anselmo, figura del arte povera

Gerardo Elorriaga MADRID / COLPISA

CULTURA

Giovanni Anselmo, en el CGAG, donde protagonizó una muestra en 1995.
Giovanni Anselmo, en el CGAG, donde protagonizó una muestra en 1995. Xoán A. Soler

El museo bilbaíno también dedica muestras a Yoshitomo Nara, June Crespo e Hilma af Klint, entre otros referentes de la plástica clásica y la contemporánea

15 ene 2024 . Actualizado a las 23:46 h.

El Guggenheim de Bilbao iniciará su programa del 2024 con una exposición dedicada al autor italiano Giovanni Anselmo, integrante del arte povera. El 9 de febrero, abrirá sus puertas una muestra formada por medio centenar de obras que darán cuenta de su preocupación por reflejar la energía del universo y sus principios físicos, y abordar la posición del individuo en el espacio. La propuesta se ha convertido también en un homenaje póstumo al creador, fallecido el pasado mes y que había colaborado intensamente en su preparación. Aunque considerado un integrante sobresaliente de este movimiento, surgido en el país transalpino a mediados de los 60, el corpus exhibido, a juicio de los comisarios de la institución, «permite eludir cualquier etiqueta».

La retrospectiva dedicada a Yoshitomo Nara, uno de los artistas más cotizados en la actualidad, una exposición protagonizada por June Crespo, compuesta por piezas realizadas ex profeso y a gran escala, o la amplia revisión del trabajo de Hilma af Klint, precursora de la abstracción, son algunas de las nueve citas temporales más destacadas de su calendario.

Una nueva revisión de la colección permanente, prevista para el 16 de febrero, constituirá el siguiente encuentro. Signos y objetos: arte pop de la Colección Guggenheim recogerá piezas históricas de los grandes de esta corriente junto a obra nueva de artistas actuales que exploran y reinterpretan este legado para llevar a cabo una crítica social y política.

La práctica escultórica de June Crespo, un diálogo con la tradición de la disciplina en el País Vasco, y la antológica de Yoshitomo Nara, representan, a priori, dos de los grandes atractivos de este período. La primera supuso un reto para la navarra, que realizó obras nuevas para una sala de grandes dimensiones, mientras que la muestra dedicada al artista nipón, recorrerá toda su trayectoria, desde los inicios en el archipiélago, la formación en Europa y las obras posteriores a su vuelta a Japón, aquellas que le han proporcionado una proyección planetaria. La exposición dará comienzo el 28 de junio e incluirá una selección de dibujos, pinturas instalaciones y esculturas.

La presencia femenina, que suele incluir en los últimos tiempos la recuperación de figuras injustamente olvidadas, también resulta remarcable. En este apartado, el Guggenheim incluye el trabajo de la austríaca Martha Jungwirth, a caballo entre el expresionismo abstracto y el informalismo, y la sueca Hilma af Klint, precursora de la abstracción.

La producción audiovisual cierra el periplo con las aportaciones de Metahaven, Anthony McCall y Paul Pfeiffer. Los primeros traspasan la frontera entre el arte y el diseño para articular su discurso poshumanista y McCall, en la galería Film&Vídeo, exhibe su concepto de la luz sólida, capaz de generar planos luminosos entre el proyector y la pantalla. Por último, Pfeiffer goza de una muestra que repasa toda su trayectoria, caracterizada por el estudio de la influencia de las imágenes en nuestros mecanismos de percepción.