El Cervantes doblega su «curva de deterioro» pero no puede atender la fuerte demanda de español

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Los reyes presidieron la reunión del patronato del Cervantes.
Los reyes presidieron la reunión del patronato del Cervantes. MARISCAL | EFE

Luis García Montero confirma que seguirá en esta legislatura al frente de la institución

04 dic 2023 . Actualizado a las 18:56 h.

El instituto Cervantes empieza a mirar la crisis por el retrovisor. Tras difíciles años de recortes presupuestarios, de plantilla y clausura de centros, entre la crisis del 2008 y la pandemia, la institución que vela por la difusión y el estudio del español supera «la curva de deterioro con buen viento», según su director, Luis García Montero. Aumenta levemente su plantilla, su número de centros y su presupuesto, «pero aún así no podemos atender toda la demanda que tenemos». García Montero lo dijo el mismo día en que se reunía el Patronato del Cervantes bajo la presidencia de los Reyes y en el que confirmó que seguirá esta legislatura al frente de la institución.

Con un presupuesto para este año de 143,2 millones de euros (un 43,5% son ingresos propios) el Cervantes recibió en el año pasado una transferencia del Estado de 80 millones. Aún así no alcanza las cifras del 2009, cuando la transferencia fue de 90,3 millones y el presupuesto sufrió un recorte del 40%. También se redujo la plantilla, que llegó a ser 1.126 personas antes de la crisis, pero que en 2009 cayó hasta los 937 trabajadores. Ahora son 984 empleados entre los 748 que trabajan en el centenar de sedes repartidas en 50 países de todo el mundo y los 236 que lo hacen en España.

«Hemos roto la dinámica de pérdida y tras una parálisis de diez años hemos podido abrir nuevos centros», se ufanaba el director de una institución que registró en el último curso 132.776 matrículas, un 12,26% más que el curso anterior, con 118.275 inscripciones. Con casi 600 millones de hispanohablantes en el mundo, la demanda de aprendizaje de nuestro idioma «es inabarcable», como reconocía también la secretaria general del Instituto, Carmen Noguera Galilea. Destacó que el plan de transformación digital es «el gran reto de la institución», que ha aumentado notablemente su presencia en Internet, con 12,9 millones de usuarios en 136 portales web que suman 77 millones de visitas. «La transformación tecnológica es nuestro gran desafío, ahora que se ha reconocido la importancia del valor económico del español», dijo la alta funcionaria.

Penurias y recortes

Tras años de penurias y recortes, reconoce García Montero que «vivimos un momento mejor y que soplan buenos vientos». «En el 2018 tuvimos que vender un edificio en Bruselas al gobierno de Etiopía. Eran momentos muy difíciles, pero hoy somos optimistas», dijo. «Se ha doblado la curva del deterioro de la institución, pero aún así no llegamos a todo. Hay una demanda creciente que no podemos satisfacer ahora que se está potenciando el español en el mundo y la ciudadanía ha tomado conciencia de su importancia», resumió. Destacó también que las actividades dirigidas a promocionar las lenguas cooficiales de España se han incrementado en un 225% en esta legislatura.

Espera para los próximos presupuestos una aportación de 90 millones de euros por parte del Estado. Pero destaca García Montero que esta cifra «queda muy lejos de los 350 millones que Alemania aporta al Goethe Institute y de los 300 que aporta el Estado francés a la Alliance Française. Recordó el director que la aportación estatal era de 66,3 millones en 2018 y que llegó hasta los 81 millones en el 2023.

«No queremos ser una carga para la Hacienda pública, pero la cultura sigue siendo la hermana pobre», dijo Luis García Montero. «Tenemos la mala costumbre de desprestigiar la cultura, con una derecha que dice que cuando se invierte en cultura se está chupando del bote. Y tenemos muy claro que la cultura no es clientelismo», agregó.

Había ciertas dudas sobre su futuro al frente del Cervantes que él mismo se encargó de disipar. «Cuando se constituyó el nuevo el Gobierno hablé con el ministro de Exteriores y me dijo 'seguimos'. Por tanto, me he sentido ratificado y estoy muy contento de seguir en esta responsabilidad», declaró.

Lo dijo poco antes de sumarse a la reunión del Patronato del Instituto Cervantes que los Reyes presidieron en el Palacio de Aranjuez y a la que acudieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sus ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; de Educación, Pilar Alegría, y de Cultura, Ernest Urtasun. Una reunión que se celebra entorno al 12 de octubre y que se retrasó este año para aguardar a la investidura presidencial. Fue un acto solemne en el que el Rey entregó el Premio Ñ al hispanista alemán Dieter Ingenschay (1948), ex presidente de la Asociación Alemana de Hispanistas, condecorado con la Orden de Isabel la Católica por sus méritos en la difusión de la cultura española en Alemania. Sus principales áreas de investigación son los aspectos posmodernos, poscoloniales y posdictatoriales de las literaturas hispánicas y los estudios sobre género. Tras la reunión anual, los Reyes ofrecieron el tradicional almuerzo a los patronos del Instituto Cervantes, el Cuerpo Diplomático hispanoamericano acreditado en España y otros invitados. Entre ellos el escritor, académico y ganador del premio Cervantes 2023, Luis Mateo Díez; el secretario general de la Comisión Permanente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Francisco Javier Pérez Hernández; el presidente del Instituto de España, Eduardo Díaz-Rubio; el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite; el director del Centro Cultural Inca Garcilaso (Perú), Hernando Torres-Fernández; los rectores de las universidades de Granada y Salamanca, Pedro Mercado y Ricardo Rivero, respectivamente; y el presidente de la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ASELE), Javier Muñoz-Basols. y la escritora y profesora Estrella de Diego.