Oscars 2015: Todo más falso que el pelo de Travolta

josé luis losa

CULTURA

MIKE BLAKE | REUTERS

Una gala sin sorpresas ni presentador, con Harris marcándose un «houdini»

24 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una gala soporífera troquelada de divertidas falsedades. Un mago, Neil Patrick Harris, como presentador que arranca con número musical muy aplaudido para, a continuación, marcarse un houdini y prácticamente desaparecer del escenario. Fíjense si fue fiesta poco brava que el que se llevó todas las orejas (las de Scarlett, las de Idina Menzel; hubo más) fue un Travolta que saltó como «espontáneo» que no figuraba en el cartel. Observen el progresivo y aterrador parecido, al paso de los años, de Travolta, pelo malo, con Raphael. No se resistirá Álex de la Iglesia a filmar un remake de Cara a cara con las dos prendas.

Falsa autonomía la de unos premios con 90 años de esclavitud. Tras excitar durante 12 meses a Boyhood y Gran Hotel Budapest, dejaron a estos con Óscar de los de Lego. Y la parte del león se la llevó quien a la industria convenía. Aunque con esto haga menos amigas que Travolta en el Dolby Theatre, a mí sí me interesa Birdman. Y creo que Michael Keaton, excelso, pagó por esa ley de hierro según la cual Hollywood nunca premia perdedores ni redenciones (Nick Nolte, Mickey Rourke, James Coburn, Peter O? Toole e tutti quanti).

Esencial la reivindicación de igualdad para las mujeres de Patricia Arquette. Pero que la que más se encarnice en el aplauso por la igualdad sea Meryl Streep, que suma 19 candidaturas y tres Óscar, y que la nominan hasta cuando hace de bruja de noche de Halloween en Gran Hermano Vip, es otra falsedad. Como la de jugar a la reparación, después de la ausencia de nominados afroamericanos, subiendo a presentar a premios a cuanto negro trabaja en el show bizz, incluida la momia de Eddie Murphy.

Falsísimo el momento tierno de Lady Gaga con Sonrisas y lágrimas. En realidad era sadomasoquismo, aunque Dakota Johnson ni se enterara. Falso, aunque bien actuado, el golden boy Iñárritu cuando se puso nacionalista y reclamó El Álamo, Texas y la green card para sus compatriotas. Falsa por concepto una ceremonia que excluye a las dos obras maestras del año, Perdida y Nightcrawler, esta indigesta para las mimosas tragaderas de Hollywood 2015. Si hoy se presentase Taxi Driver no le pagarían ni una carrera.

Lo único auténtico, el look del «espontáneo» Travolta, tal cual un troll en el reparto de Gran Hotel Budapest, y en cuya cara debieron trabajar y no poco los ganadores del Óscar al maquillaje y peluquería de la peliculita de Wes Anderson.