La Mila: milanesas napolitanas originales y atrevidas en A Gaiteira, en A Coruña

Lo tuvieron claro desde el principio. Si querían tener éxito, debían apostar por algo que los diferenciase del resto y por qué no, que guardase relación con su Argentina natal. Fue así como Maxi Lucero y su pareja, Mechi Ardiles, pusieron en marcha en julio del pasado año La Mila, un negocio en el corazón de A Gaiteira que ha hecho de la milanesa napolitana su gran emblema y reclamo. «Veíamos en todos los sitios raxo, tortilla, calamares… Maxi y sus padres vendían en Argentina sándwiches de milanesa y tenía esa idea en la cabeza», explica la mitad femenina del negocio. Empezaron con seis especialidades diferentes tanto para su versión de ternera como de pollo, que sirven acompañadas de patatas fritas o ensalada. Los más puristas disfrutarán con la napolitana clásica de jamón cocido y queso, pero quienes quieran algo más contundente, tienen en la chancha una buena opción. Lleva queso, jamón cocido, rodajas de tomate, huevos fritos y bacon. «Lo normal es que la gente las pida para compartir, pero hemos visto de todo. Hay quienes nos dicen que si los invitamos al chupito si se la comen entera. Y más de uno ha caído», bromea Mechi. Los filetes, de unos 250 gramos de peso, se limpian uno a uno para evitar grasas innecesarias y nervios incómodos. Después se empanan con un pan rallado casero y se terminan con una buena variedad de ingredientes. Los más queseros tienen en la quilombo, con mozzarella, chédar, parmesano y queso azul, una opción que les satisfará, mientras que quienes buscar una con algo de frescura pueden elegir la zapada, donde la combinación de queso del país, rodajas de tomate, jamón serrano y rúcula, se hace de lo más resultona. Completan la carta la rompe, con chédar, bacon y huevo frito, y la copada, con salsa de tomate, queso de cabra, rúcula y tomates cherry. «Fueron las mismas con las que empezamos, pero de cara al verano vamos a añadir tres más: una con pepproni para tener una picantita, otra caprese y la estrella de Maxi, que será una sorpresa», asegura con cierta emoción. 

La oferta se completa con una serie de entrantes con aires latinos como el choripán, el típico bocadillo argentino de chorizo criollo, o las empanadillas. Tienen además unos crujientes de pollo que rebozan en panko y sirven acompañados de una salsa de miel y mostaza que son de lo más resultones. 

El broche dulce lo ponen la clásica chocotorta, una versión argentina de la tarta de la abuela, en la que las capas de galleta se rellenan con dulce de leche y queso crema, los panqueques y la tarta de queso al horno con confitura de fresa casera. Cada cual más goloso. 

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