El pazo de Arenaza, en Oleiros, sufre pintadas en su muro exterior

A. S. Rodríguez OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

ANGEL MANSO

La Diputación propone la instalación de cámaras o realizar un mural artístico en este señorial cierre de la N-VI

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El patrimonio gallego ha recibido un nuevo golpe por parte del vandalismo. El muro exterior del pazo de Arenaza, en la N-VI a su paso por Iñás (Oleiros) lleva tiempo grafiteado con pésimo gusto por parte de varios autores, que se han recreado también en parte de una pared anexa. Esta instalación acoge desde el 2017 un coworking dirigido por la Diputación de A Coruña, uno de los espacios referentes en la provincia. El edificio fue rehabilitado meses antes por el Concello de Oleiros gracias a una subvención provincial. Pero la pared exterior ha sido tomada por algunos como un lienzo con licencia libre para pintarrajear. «Lamentablemente, las pintadas son recurrentes, el muro ya se pintó en su día, pero vuelven a aparecer», señalan desde la Diputación, que condena este nuevo episodio de vandalismo «en un inmueble que es patrimonio público, patrimonio de todos».

Desde el organismo que preside Valentín González Formoso señalan que están «buscando posibles soluciones, siempre en colaboración con el Concello de Oleiros». «Se ha valorado, entre ellas, la posibilidad de una actuación mural artística o instalar un sistema de videovigilancia exterior», añaden.

El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, es especialmente beligerante con este tipo de actos vandálicos. El municipio es el más activo de la comarca a la hora de perseguir a los autores de pintadas, para lo que piden la colaboración ciudadana y, en este caso, también de los conductores que pasan por este tramo de la carretera nacional y puedan ser testigos de las pintadas.

Hace algo más de dos años, a finales del 2021, fue el muro exterior del Pazo das Cadeas el espacio damnificado. Grandes letras que conformaban las firmas de los vándalos, quienes usaron entonces un material de difícil borrado, lo que obligó a IFFE Business School, escuela que ocupa el pazo, a pintar de nuevo la pared frontal bajo la supervisión de Patrimonio. Unos años antes, el mismo recinto había sufrido unas pintadas negras en la piedra labrada de una de las puertas de acceso, lo que hizo especialmente costosa y laboriosa su eliminación.