El dragado de la ría en O Burgo llegó a su fin

D. Vázquez OLEIROS /LA VOZ

CULLEREDO

Culleredo y Oleiros estrenan nuevas zonas verdes y ya se puede circunvalar el estuario

30 abr 2024 . Actualizado a las 08:27 h.

Pasadas las dos de la tarde de este viernes quedó recepcionada la obra de dragado de la ría, un proyecto que había arrancado oficialmente en diciembre del 2021 y que fue calificado, por su promotor, Transición Ecológica, como el «más ambicioso, complejo e innovador de los desarrollados por el ministerio». La lluvia que cayó de manera intermitente no impidió que algunos ciudadanos se acercasen a ver cómo han quedado unos trabajos que no solo ha supuesto la regeneración del estuario, la confinación de los lodos y la ampliación de la superficie de Culleredo y Oleiros —con dos nuevos espacios verdes—, sino que también han mejorado la movilidad en la zona, ofreciendo la posibilidad de circunvalar la ría conectando cuatro municipios. Con ello se genera un nuevo espacio de ocio para una gran zona urbana que ya puede mirar al mar.

La transformación de la ría ha dejado una magnitud de cifras a destacar: 37,5 millones de euros de inversión, la ampliación de las zonas verdes con 69.795 metros cuadrados ganados al mar, la retirada de 583.337 metros cúbicos de lodos, de los que 174.284 quedaron confinados en los nuevos recintos; y también de 185.690 de áridos de los bancos marisqueros, que se emplearon para la recuperación de las corrientes en la zona intermareal, la mejora de la laguna de Culleredo y la regeneración de la playa de Santa Cristina.

46 años de espera

Este proyecto de dragado ambiental quedó recepcionado, pero aún le queda recorrido, ya que se contemplan controles durante diez años, en los que se vigilará desde la calidad de las aguas a la evolución de las especies que viven en el fondo marino para que no se eche a perder un trabajo con el que se ha saldado una deuda histórica. Los mariscadores habían realizado la primera petición oficial de un dragado para el estuario en agosto de 1978, tras años de vertidos industriales y urbanos.

Ellos han sido los primeros damnificados del estado de la ría. Vieron diezmado el colectivo desde los 2.000 profesionales de aquel entonces a los 78 que faenaban en O Burgo ahora luchando contra la baja productividad y los desmanes de los furtivos. Fue necesario un tirón de orejas de Europa, para que finalmente este proyecto se ejecutase y también de allí partió la financiación que lo posibilitó.

ANGEL MANSO

Una obra sin parangón en Europa con dragas con cabezales guiados por GPS

La ría de O Burgo ha sido un proyecto pionero en muchos campos. Desde la Demarcación de Costas reconocen que «en lo referente a confinar fangos de rías de poco calado dentro de un recinto de una propia ría no se ha realizado nada similar en Europa». Solo se había llevado a cabo alguna experiencia previa en Lituania o en Portugal, en el río Tajo, pero de menor complejidad técnica, señalan.

Si bien no se registraron en la ejecución de la obra grandes imprevistos, sí fue necesario buscar equipos de dragado específicos para cada área en la que se actuó. «En la zona por encima del puente romano hubo que diseñar maquinaria propia, dado la imposibilidad de traerla por el mar. Se desarrolló una draga montada en módulos flotantes con cabezales de dragado guiados por GPS, con características desmontables para traer por carretera», comentan desde Costas.

Por singularidad, quizás las excavadoras anfibias fueron lo que más fotografiaron los curiosos en el primer año de las obras. Durante la ejecución, Oleiros había denunciado desperfectos en los muros por el amarre de la maquinaria, pero ya han sido reparados tras coordinarse con los técnicos municipales.

En cuando se hizo el relleno con arena en las márgenes —desde el puente de la autopista hasta los recintos construidos—, muchas personas han asaltado estos nuevos arenales, pero desde Costas advierten de que «no significa que dichas zonas sean aptas para el baño, por no estar garantizada su seguridad».

14 millones de bivalvos

Más allá del aspecto medioambiental y de movilidad, el otro gran objetivo de la obra era la recuperación de la productividad del estuario. Antes del inicio de los trabajos se retiraron de la ría medio millón de bivalvos, en los últimos días se han sembrados más de 14 millones, «lo que supone gran potencial, riqueza y capacidad productiva», explican. Pese a ello no se atreven a cuantificar cuánto podría aumentar la producción de la ría tras el dragado, apuntan que «la supervivencia dependerá de los cuidados de los parques, la vigilancia para evitar el furtivismo y factores climáticos».