Román Romeral: «Se echan mucho de menos foros como O Patacón o Casa Enrique»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Participa en la jornada de Estudios Abertos de A Coruña junto a otros 60 artistas coruñeses

08 abr 2024 . Actualizado a las 10:11 h.

El estudio del artista plástico Román Romeral (Gijón, 1972) —situado en el local 9 de las galerías de Federico Tapia 47— es uno de los 35 templos del arte y la creación que el próximo sábado abrirán sus puertas a los curiosos ciudadanos, de 11.00 a 21.00 horas, en una nueva edición de Estudios Abertos. Una buena oportunidad de tomarle el pulso al panorama artístico coruñés y, por qué no, llevarse a casa nada menos que una obra de arte.

—Para los curiosos es una maravilla poder colarnos en sus estudios.

—Existe cierto temor en entrar a los estudios o las galerías de arte. Hay como un temor a no estar invitado a entrar, cuando es todo lo contrario. Por eso esta iniciativa es genial, acerca a la gente a nuestros estudios, donde normalmente no se atreven a entrar. Y así pueden ver lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.

—¿No le da pudor mostrar al desnudo su proceso creativo?

—Un poco de pudor sí que da. Sobre todo porque, al menos yo, estoy muy acostumbrado, desde siempre, a trabajar solo. Es un trabajo muy íntimo, muy delicado. Así que existe cierto reparo al principio. Pero la experiencia de otros años me ha mostrado que al final es todo lo contrario, se crea muy buen ambiente, termina habiendo mucha confianza con la gente, que te pregunta, se interesa por tu trabajo.

—Atiende al visitante, pero no le revelará sus secretos creativos.

—Pero es que no hay secreto alguno que se pueda revelar. Está todo inventado. No me imagino a ningún artista ocultando su obra al público porque está trabajando en un nuevo estilo que va a revolucionar el mundo del arte o porque está probando nuevos materiales que solo conoce él. Te preguntan por técnicas, cómo consigues determinada textura... Y yo explico todo. O casi todo. Otra cosa es que después sepas hacerlo, claro.

—Tiene de invitado en su estudio a otro artista, Vítor Mejuto.

—Es una cuestión de afinidad y cercanía. Coincidí con Vítor en las anteriores ediciones de Estudios Abertos, y resulta que ahora tiene su estudio en la parte de abajo de las galerías donde tengo yo el mío, así que le dije que se subiese.

—¿Qué tal se llevan los artistas de la ciudad? ¿Tienen relación?

—Se echan de menos foros como O Patacón o Casa Enrique, bares que eran centros de reunión de artistas. Eso no quita que tengamos relación entre los pintores y demás. Aunque no es como lo de la música, que si falta el bajista de un grupo se ofrecen cuatro de otras bandas a cubrir la baja. Esta es una profesión más solitaria

—Hace tiempo que no irrumpe un colectivo cultural o artístico como fueron el grupo Atlántica o A Galga...

—Es que falta ese contacto entre los artistas plásticos y el resto de las artes, escritores, poetas, dramaturgos, actores, cineastas... Es más complicado que surjan ese tipo de grupos, porque solo salen de la convivencia.

—En su estudio vemos pintura figurativa, abstracta, paisaje... ¿Cómo definimos el estilo de Román Romeral?

—Es una mezcla. Un reflejo de mi cabeza, para bien o para mal, porque el cerebro me va saltando de un lugar a otro. Hay días que la cabeza me pide ser figurativo, porque veo una postura de alguien sentado en un bar que me llama la atención y necesito reflejarlo. Pero otros días me da por la abstracción, que para mí es como ir al psicólogo. Ahí vuelco mi estado de ánimo. Y durante una temporada me puede dar por los perfiles de la ciudad...

—O por los collages.

—Casi todos los viernes hacemos talleres de collage. Me encanta lo de darle una segunda vida a las cosas. Por ejemplo, tengo una torre de Hércules que pinté sobre una caja de auriculares. Me da mucha rabia pensar que una foto antigua, una postal o una revista pueda desaparecer, sin más, acabando en la basura. Así que hay días que me dedico a recortar y recortar.

—Y a limpiar playas, porque de las crebas ha sacado una colección de faros.

—Iba por mi cuenta a hacer limpieza a las playas, y después empecé a ir con la gente de We Sustainability. Encontrábamos de todo y me parecía de justicia devolverle a esos objetos su esencia marinera.

«Dediqué más de 20 años al diseño gráfico mientras llenaba libretas de dibujos»

Antes de volcar su creatividad plenamente en el arte, Román Romeral se dedicó mucho tiempo al diseño gráfico publicitario: «Empecé en 1998 y en el 2000 pasé a trabajar para R, que hizo unas campañas enormes. Y a eso me dediqué durante veintitantos años, pero siempre fui haciendo pequeños lienzos y llenando libretas de dibujos».

—¿Cuándo decidió dedicar todo su tiempo al arte?

—Fue en el 2018. Empecé a tomármelo más en serio, a hacer lienzos grandes. Y cuando llegó el confinamiento, que no había mucho trabajo, fue cuando ya me sumergí totalmente en esto.

—¿Ha abandonado totalmente el diseño gráfico?

—Bueno, el año pasado todavía hice alguna cosa de identidad corporativa que me pidieron, pero en lo que va de año no he trabajado nada en eso. Si me piden algo que me apetece y que está relacionado con lo que estoy haciendo, no hay problema. Por ejemplo, diseñar una etiqueta de vino, en la que puedo volcar lo que estoy haciendo ahora. Pero pensar en ocuparme de una campaña de cartelería... No me veo volviendo al diseño gráfico puro y duro. Esto es muy absorbente. Ahora estoy trabajando con texturas que necesitan tiempos de secado muy largos. Ya no es algo que haga en los ratos muertos.

—¿Es A Coruña una buena ciudad para los artistas? ¿Los coruñeses compran cuadros?

—Los hay que sí, pero nos queda mucho por avanzar. Hubo un frenazo enorme en esta ciudad, no en cuanto a talento, que hay artistas maravillosos, sino en el terreno institucional. Cuando cerró el Macuf fue un auténtico palo para la cultura. Hacía una labor fundamental. Necesitamos más escaparates como Estudios Abertos.