Arreglo de altura en el Obelisco de A Coruña

R.D. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Los relojeros de Nemesio se encaramaron a 16 metros para sustituir una pieza, hecha a la medida en sus talleres, y reparar el reloj

07 abr 2024 . Actualizado a las 17:29 h.

A David Rodríguez, de Relojería Nemesio, no le importó dedicar la mañana del soleado domingo a pisar los Cantones, aunque no fuera para tomar el aperitivo. Con ayuda de los bomberos y su vehículo escalera, el relojero se encaramó a mediodía a lo alto del Obelisco de A Coruña. «Vinimos a repararlo, teníamos que cambiarle una pieza, que fabricamos nosotros mismos aquí, y aprovechamos que hacía buen tiempo para subir, son 16 metros de altura», contó a los muchos paseantes que se pararon a observar la vistosa operación.

Algunos de los curiosos, expectantes por el dispositivo de bomberos, tuvieron la oportunidad además de descubrir las tripas del reloj, una hermosa maquinaria interior con acceso por la parte baja del báculo y que solo queda a la vista cuando acuden los técnicos a repararlo y abren la pequeña compuerta. 

 Tratándose de un mecanismo que cumple ya los 130 años de edad, Rodríguez se esforzó en explicar la gran suerte de que siga en funcionamiento y que, a lo sumo, desajuste la hora entre uno y tres minutos.

«Es un reloj antiguo y está muy expuesto a todo», señalaba sobre la dificultad de mantenerlo en plenas condiciones. «Otras ciudades no tienen tanto cuidado con los relojes monumentales, los dejan parados y listo», apuntaba el artesano del tiempo que se ocupa, por ejemplo, de subir todos los días al palacio municipal de María Pita a dar cuerda al reloj que corona el Ayuntamiento de A Coruña. Su empresa se ocupa del mantenimiento de las singulares piezas históricas que llevan más de un siglo marcando la hora en distintos puntos de la ciudad. 

En la operación matutina del domingo, Rodríguez contó además con la ayuda de compañeros de escuela, ya que apoyaron la maniobra de reparación otros técnicos  especialistas llegados de Cataluña. «Los llamé, cogieron un vuelo y aquí están para echarme una mano», indicó el relojero.