La dimisión de García lleva al PSOE a elegir su cuarto portavoz del mandato

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

La concejala Yoya Neira se perfila como lo sustituta del edil, que renuncia a su acta

27 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El tercer portavoz del PSOE en lo que va de mandato tampoco será el que llegue en ese cargo a la cita con las urnas en mayo. José Manuel García tira la toalla tras perder las primarias con Inés Rey. Lo anunció ayer en el pleno, en el que se despidió del resto de la corporación, y más tarde en rueda de prensa, visiblemente emocionado. Deja el cargo y también el acta, y el siguiente en la lista, Ton Pachón Moreno -que apostó por Borrego en las primarias- será casi con seguridad quien le tome el relevo como edil. La salida de García supondrá la llegada al PSOE del cuarto portavoz en el mandato, a uno por año. El puesto, con toda probabilidad, lo ocupará Yoya Neira.

El último terremoto en las entrañas del PSOE coruñés nació de las primaria celebradas en la agrupación local este fin de semana. Inés Rey venció a García en la pugna, dejando en una situación insostenible al todavía portavoz. No solo había vencido una línea de actuación política diferente a la suya, sino que los cinco concejales del PSOE que lo acompañan en la corporación habían mostrado públicamente su apoyo a otros candidatos. Sus opciones eran ganar las primarias o irse, y se fue. «Es importante que la candidata y su equipo tengan la visibilidad necesaria desde el minuto uno», dijo García, quien reiteró su compromiso con el PSOE, del que seguirá siendo militante de base. «El partido es soberano, la decisión tomada es la mejor que podía adoptar», dijo sobre las primarias. «La ciudad está esperando un cambio y el PSOE está preparado para volver a ilusionar a la ciudadanía», aseguró ofreciéndose a colaborar con la nueva cúpula en todo lo que necesite.

Barcón y Dapena

La primera en dejar la portavocía, a principios de este mandato, fue Mar Barcón, la histórica concejala, acosada por los resultados electorales, los peores en la historia del partido, dejó el puesto, aunque el acta la mantendría hasta el verano del 2017.

La voz del partido recayó entonces en José Manuel Dapena, quien finalmente estaría detrás de la posterior renuncia como concejala y secretaria general de Barcón. Dapena renunció después de que su antecesora negociara con el alcalde un posible pacto a sus espaldas. Aquella reunión fue el último acto de una lista de actuaciones en las que Dapena se sintió desautorizado, optando por dejar el cargo.

Con una agrupación muy dividida y con las edilas más críticas con Barcón, Yoya Neira y Silvia Longueira, políticamente relegadas, entró García como primera voz de los socialistas en A Coruña. Duró 23 meses en el cargo. El vuelco de las primarias supondrá a esas concejalas regresar del ostracismo. Neira tiene todas las probabilidades de ocupar la portavocía vacante y de ser así la voz del partido, y la de Inés Rey, en la corporación, hasta que lleguen las elecciones.

Último intento de recuperar las inversiones

El pleno aprobó ayer el modificativo de crédito para destinar 15,1 millones de euros del superávit del año pasado a amortizar deuda. La intención inicial del gobierno local era poder dedicar ese dinero a inversiones en la ciudad, pero la Marea incumplió las normas para poder hacerlo en lo tocante al plazo de pago a proveedores. El Ayuntamiento lleva pagando las facturas más tarde de lo indicado desde hace siete meses. Con todo, el gobierno local dejó una ventana abierta para tratar, en el último momento, de salvar esas inversiones. Si las facturas se pagan en plazo en noviembre todavía podrían variar. Tanto el PSOE como el PP (el BNG no estuvo) criticaron la gestión de la Marea.

La renuncia del concejal supone un nuevo revés al «barconismo» en el partido

El edil entró como independiente de la mano de Mar Barcón en el PSOE y en la lista del partido a las pasadas municipales. Dentro de la formación siempre fue visto, entre los históricos, como alguien de fuera de la casa. Tampoco concitó grandes antipatías, pero por todos fue percibido como el hombre de Barcón. Era ella, no él, la persona a batir.

El apoyo que le dio la histórica concejala lo propulsó hacia arriba nada más llegar, pero fue ese mismo apoyo el que le puso límites a su porvenir en el PSOE coruñés. Los críticos con la exedila no querían saber nada de su protegido, y la batalla se planteó contra ella ante la percepción generalizada, fuera de los suyos, de que Barcón quería, desde fuera, seguir moviendo los hilos del partido sin contar con otras sensibilidades.

En un partido dividido en familias -es tradición votar en grupo-, García, con menos de cuatro años de militancia, no tuvo tiempo de crear la suya propia. Por eso en las primarias, que ganó en primera vuelta, todos se aliaron para ponerle freno en la segunda y desterrar al barconismo.

 García, muy crítico con la Marea, tuvo la dificultad de dirigir un partido en horas bajas y tocado por su apoyo incondicional a Ferreiro en la investidura. Los socialistas, rechazados por el gobierno local en su oferta posterior de pacto, no lograron definir su papel. Le tocará hacerlo al siguiente.