Muere Jorge López Neira, el párroco que empleó a 30.000 mujeres de costureras para Zara

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PÉREZ

El religioso pasionista que fue promotor de más de un centenar de cooperativas textiles en la década de los 80, falleció en Bilbao a los 89 años

15 abr 2024 . Actualizado a las 22:39 h.

El religioso pasionista Jorge Manuel López Neira, párroco del barrio coruñés de Santa Gema durante 24 años y promotor de más de un centenar de cooperativas textiles de mujeres en la década de los 80 en Galicia, falleció el 10 de abril en Bilbao, donde pasó los últimos años cuidado por la Congregación de la Pasión San Felicísimo de Deusto, en cuyo cementerio descansa.

Nacido en 1935 en la aldea de Ponte Ledesma, en Boqueixón, y tercero de seis hermanos, López Neira ingresó en el seminario de Mondoñedo para cursar sus primeros estudios antes de ordenarse y continuar formación en Filosofía y Teología en el País Vasco y en Roma. En 1966 regresó a Galicia —volvería a marcharse 20 años después, rumbo a Lima— tras una etapa de profesor en Navarra que le permitió asistir a los inicios del cooperativismo agrario y, ya en Melide, impulsar las primeras organizaciones gallegas. «Cuando estudié Teología en Guipúzcoa teníamos un taller de teoría social al que pertenecía. El cooperativismo es una vieja idea en mí», recordaba a La Voz en 1986 desde su destino en Santa Gema.

Allí fraguó su labor. «Para procurar trabajo a la gente parada de mi parroquia», el religioso montó, a iniciativa de Rogelio García, director de Fíos [una de las firmas del incipiente grupo de Amancio Ortega], un taller de confección que pronto se replicó en grupos de mujeres de toda la provincia y sembró el modelo que propulsó el crecimiento de Inditex aquellos años. «Venían continuamente mujeres necesitadas a pedir y yo pensaba que nada remediaba darles 1.000 pesetas porque al día siguiente estarían igual», apuntaba el sacerdote.

Durante el primer año, la fábrica de máquinas de coser Refrey cedió sus aparatos desde Vigo. La Xunta aportó capital y entró en las sociedades. A mediados de los 80, Jorge López Neira había creado 120 cooperativas en las que más de 2.500 costureras enhebraban e hilvanaban prendas para Zara. En 1992, según sus cálculos, eran 30.000.

Pero llegó el cambio de siglo y en septiembre del 2005 el emprendedor López Neira tuvo que decir de nuevo adiós a su tierra. «Mis superiores consideran que llevo mucho tiempo aquí y que es bueno cambiar de aires», anunció el sacerdote. Le esperaban las misiones en un barrio pobre de la capital de Perú, donde trabajó hasta su jubilación. De nada sirvió la recogida de firmas en contra del traslado que organizaron en Santa Gema. En Melide lo despidieron los ritmos de la agrupación folclórica Froito Novo, que él mismo había fundado. Veinte años después, sus feligreses darán misas en su memoria.