El «skate park» de Cuatro Caminos, en A Coruña, lleno de pintadas ocho meses después de su apertura

L. Fernández A CORUÑA/ LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La presencia de grafitis en la pista de patinaje y en los alrededores de la iglesia de San Pedro de Mezonzo levanta asperezas entre los vecinos

16 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Continúa el eterno debate. ¿Los grafitis son arte o vandalismo? Que se lo pregunten a los vecinos y comerciantes de la zona de Cuatro Caminos, que en los últimos meses han visto como su skate park, inaugurado hace tan solo ocho meses bajo el viaducto de Alfonso Molina, se está llenando de pintadas. Estos actos no son nuevos en la ciudad, que está repleta de grabados de diversa índole. El mobiliario urbano y las infraestructuras de uso público son el caldo de cultivo perfecto para lo que algunos consideran «arte urbano». Una de las voces a favor de los grafitis es Pablo, estudiante de Informática, y que vive en el entorno de la estación de autobús. Pasa por la pista de patinaje casi a diario y, bajo su punto de vista, «estas pintadas son una forma de expresión», asegura con rotundidad. El joven, además, reconoce que no entiende la polémica que se ha generado a causa de los dibujos. «Yo creo que le dan vida a las calles», manifiesta. 

Sin embargo, de otra opinión es Manuel Estrada, jubilado y residente en la avenida Fernández Latorre. En la mañana de este miércoles salió a dar su paseo habitual por el barrio y, con cierta resignación, contemplaba la estampa que se presentaba ante sus ojos justo detrás del Remanso, el centro cívico habilitado para los jóvenes. El parque, situado en la plaza José Toubes, amaneció lleno de pintadas. «Como de costume, cada vez vexo máis», se lamenta este vecino, molesto por el mal uso que algunos jóvenes hacen de las instalaciones. «Supoñíase que ía ser un lugar de recreo para os rapaces, para que patinasen e se entretivesen, pero agora só veñen facer falcatruadas», afirma, apelando a una mayor responsabilidad y al buen uso de las instalaciones habilitadas. «Uns din que é arte, mais eu só vexo garabatos sen sentido», reconoce. «Atenta contra as infraestruturas que pagamos entre todos e os responsables destes actos deberían ser castigados», propone. «Hai que respectar o que é de todos», sostiene, inflexible.

CESAR QUIAN

Esta opinión es compartida por la mayoría del vecindario, aunque algunos son algo más tolerantes y comprensivos que otros. «Yo no estoy en contra de los grafitis, pero creo que este no es el lugar adecuado para hacerlos, justo al lado del parque y de la iglesia de San Pedro de Mezonzo», expone David González. «Para mí algunos de estos dibujos sí se pueden considerar arte, pero muchos de los que están en la pista de skate y de baloncesto no lo son», declara, intentando conciliar las dos opiniones. «Creo que los chavales que quieran pintar deberían hacerlo, pero en lugares habilitados para ello, no en medio de la ciudad», concluye. 

Así las cosas, no hay unanimidad respecto de las pintadas. Lo único en lo que coinciden los vecinos es en la necesidad de preparar espacios destinados a una práctica que cada vez tiene más adeptos, para evitar que instalaciones recién estrenadas sean víctimas de las firmas de los ¿artistas? callejeros.