«Donde tiene más sentido usar el robot es en la cirugía del cáncer y de grandes obesos»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

José Noguera Aguilar, cirujano del Hospital Quirón de A Coruña, ante el robot Da Vinci
José Noguera Aguilar, cirujano del Hospital Quirón de A Coruña, ante el robot Da Vinci

El facultativo reparte su tiempo entre Teruel y A Coruña para operar en el Quirón, que avanza en la aplicación del Da Vinci

15 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

José Noguera Aguilar (Valencia, 1967), trabaja quince días del mes en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, y otros quince en la ciudad. «Sí, sigo enganchado a A Coruña», confiesa un reputado cirujano que por motivos familiares dejó su cargo en el Chuac, donde fue jefe de Cirugía General ocho años, y que agradece continuar vinculado a la ciudad a través del Hospital Quirón. Hace unos meses, iniciaron las operaciones robóticas con el Da Vinci. .

—¿Qué es lo que más hacen?

—¡De todo! En el campo quirúrgico, intentamos que la mayoría de las operaciones sean por laparoscopia, y lo que se pueda hacer por robótica, lo ofrecemos.

—¿Y cuándo es así?

—La robótica donde más sentido tiene es en la cirugía oncológica y también en la bariátrica, para grandes obesos. En el cáncer porque siempre queremos dar la máxima calidad. El robot ahí te ayuda mucho. En el de recto, donde más, pero en todos los colorrectales. Y también en los tumores de esófago e hígado.

—¿Por qué?

—Por la disección y limpieza que facilita el robot. Es más exhaustiva, y con menos complicaciones, por la precisión de movimientos.

—¿Y en la bariátrica?

—Por algo muy similar. En este caso el tratamiento es único, no hay quimio ni radio. Estamos ante una patología considerada benigna, aunque la obesidad es condición de enfermedad por su impacto en otros muchos aspectos de la salud. Tenemos un paciente en principio sano al que la cirugía le va a cambiar totalmente la vida, porque le va a cambiar el metabolismo, los hábitos alimentarios, el estilo de vida, hasta la conducta. Va a suponer tal cambio para el paciente que tienes que darle una cirugía de alta precisión. Hay distintos procedimientos, pero en aquellos en los que suturas, que son la mayoría, es ahí donde el robot ofrece mucho porque suturar con robot es mejor que por la vía laparoscópica. Es una intervención más eficaz, más segura. De forma global, el robot aporta más seguridad a un procedimiento que va a marcar un antes y un después en la obesidad mórbida, y que, además, le va a hacer disminuir otras muchas patologías: diabetes, hipertensión, artrosis… Por eso el momento de la cirugía es tan importante.

—¿El robot se indica solo para obesidad mórbida?

—Hasta ahora, siempre para obesidad mórbida, cuando el índice de masa corporal (IMC) está por encima de 35, o de 30 si se tienen asociadas otras enfermedades. Aunque ahora está abierta también la puerta para la denominada cirugía metabólica, para enfermos con diabetes de difícil control que no son obesos mórbidos, pero que se les indica la operación por el riesgo que supone continuar con esa situación. La intención ya no es tanto la pérdida de peso, aunque se produce una bajada, sino controlar el metabolismo y retrasar todas las complicaciones cardiovasculares asociadas.

—¿En qué consiste la técnica?

—Buscamos reducir la capacidad del estómago no solo para que quepa menos comida y el paciente se sacie antes, sino porque, además, a través de los cambios hormonales que se desencadenan se regula la ansiedad y la sensación de hambre. Asociado a esto, otra parte de la técnica se centra en la malabsorción, en reducir la capacidad de absorción del intestino delgado con un baipás. Excluyes parte del intestino mediante una especie de puente, pero no se lo quitas, se lo cortocircuitas. La mayoría de las operaciones compaginan las dos técnicas.

—¿Es la que más practican?

—Lo que más hacemos es cirugía oncológica, nosotros y todos los hospitales. A todos los niveles, en laparoscopia también. La incidencia es elevada, el cáncer colorrectal es como una pandemia. En la bariátrica, tenemos mucha experiencia con laparoscopia y el robot supone un incremento de costes, pero hay las dos opciones. Siempre hablamos con el paciente. Hay enfermos muy complejos, los súper mórbidos, en los que el robot nos puede ayudar mucho.

—¿Por qué?

—Porque con lo que pesa la pared abdominal no eres capaz de hacer fuerza suficiente con las manos. El faldón de grasa te dificulta movimientos precisos para operar. El robot, sin embargo, tiene fuerza suficiente y los gestos de sutura y disección quedan independientes del peso de la pared, no hay fatiga muscular. A estos pacientes les aconsejamos directamente el robot.

—¿Hay alguna limitación de edad?

—Siempre se ha interpretado que el límite es a los 65 años. Sin embargo, esto, como todo, va cambiando y ahora se tiene en cuenta la edad biológica, el riesgo personalizado en función de las enfermedades y la situación de cada paciente.