Globos sonda en Cecebre

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Imagen del embalse de Cecebre tomada este lunes 25 de octubre, a menos de la mitad de su capacidad
Imagen del embalse de Cecebre tomada este lunes 25 de octubre, a menos de la mitad de su capacidad CÉSAR QUIAN

Es normal que lleguemos a octubre con el embalse en torno al 40 % de su capacidad

04 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Es normal que el embalse de Cecebre se resienta con la llegada de los meses cálidos y termine el verano con una reducción ostensible de sus niveles de agua. Es normal que lleguemos a octubre con Cecebre en torno al 40 % de su capacidad, a veces incluso cerca del 30 %. Y también es normal que en ese mes —o incluso antes— regresen las lluvias de la mano de las borrascas y que el volumen de agua empiece a subir a toda velocidad.

Veamos qué ha pasado este año: Después de la estación seca, Cecebre cayó hasta un 41,9 % el 16 de octubre, una cifra bastante habitual y muy alejada, por ejemplo, del 28 % al que se llegó en el 2007. Desde ese mínimo del día 16 arreciaron las lluvias y en apenas un par de semanas se ha superado ya el 62 %. Y si el otoño sigue por su cauce, pronto será más alta la cifra. Es decir, todo bastante lógico y según lo previsto. Diría que incluso mejor de lo esperado.

Entonces, ¿a qué se debe la psicosis administrativa desatada este año con la presa? Hace ya algunas semanas que, en medio ya de este sinsentido, la alcaldesa, Inés Rey, dijo aquello de que «no hay ningún problema con Cecebre». Y así es. No lo hay.

En realidad, nunca lo ha habido. El plan para trasvasar agua desde el lago de As Encrobas (Cerceda) en caso de necesidad —una previsión razonable— es del 2017. Y no ha sido necesario ejecutarlo. Y no se entiende muy bien a qué viene tanta presión con ese proyecto cuando otros años hemos rozado el 35 % mientras que en esta ocasión bajamos hasta el 42 %, que es casi la mitad de la reserva de la presa.

No digo que esté mal ser precavidos ante el amenazador cambio climático y tener a mano un plan be, pero sin crear psicosis innecesarias; «globos sonda», que diría el alcalde de Cerceda.