La declaración BIC enfrenta a Sargadelos con los defensores del legado de Díaz Pardo

Mila Méndez Otero
mila méndez SADA / LA VOZ

A CORUÑA

sargadelos
FUCO REI

Estos piden que todo el complejo, incluida la fábrica, tenga la protección patrimonial: «É o maior proxecto de industria cultural galega do século XX»

06 sep 2023 . Actualizado a las 13:20 h.

«Os galegos van acabar coñecendo a súa historia, aínda que sexa á forza de mercar cacharriños». Esta afirmación, atribuida al artista Luis Seoane, puede servir para resumir el proyecto que hay detrás de un nombre: Sargadelos. Esta marca de piezas de porcelana cuya fama trasciende las fronteras gallegas tuvo su origen en un proyecto emprendido por Isaac Díaz Pardo (1920-2012) a unos cuantos kilómetros del lugar en el que se ubica esta aldea del municipio lucense de Cervo.

En las antiguas cocheras de un inmueble de la familia de su mujer, Carmen Arias, Mimina, Díaz Pardo puso en marcha en Sada Cerámicas do Castro, el preámbulo del actual Sargadelos. «A fábrica vella» comenzó a funcionar en 1949. En 1963, ante el éxito del proyecto con el que Isaac se propuso popularizar su creación artística, se abrió una nueva planta, con planos del arquitecto Andrés Fernández-Albalat, y en la que Díaz Pardo participó en el diseño de las cadenas de producción o de los propios hornos que cuecen la porcelana.

Más tarde, en 1970 y de la mano de su asociación con Luis Seoane en el Laboratorio de Formas, ponen en marcha el Museo Galego de Arte Contemporáneo Carlos Maside, que acaba de ser reinaugurado. Una reapertura, por cierto, no exenta de críticas, tanto por el uso de cartelería en castellano como por el propio nombre con el que ha sido renombrado el museo. 

De todo el conjunto de Sada, la Xunta solo contempla el edificio de dicho museo, proyectado también por Fernández-Albalat, así como su colección, en el expediente para su declaración como bien de interés cultural ( BIC).

El anuncio de este proceso, que acumula 13 años de retraso tras un acuerdo unánime en el Parlamento de Galicia, enfrenta al actual propietario de la empresa con los defensores del legado de Díaz Pardo, cuyos descendientes perdieron el control del grupo hace cerca de un decenio.

«É unha declaración insuficiente. Cerámicas do Castro foi creado como un proxecto conxunto onde o valor patrimonial é común. Non comprendemos por que se desvincula á fábrica, a matriz do que é o maior proxecto de industria cultural galega do século XX», expresa la diputada nacionalista Mercedes Queixas. Tanto el BNG como el Ayuntamiento de Sada han anunciado alegaciones a dicha incoación. «Desde o Concello levamos anos pedindo que sexa bic todo o conxunto. No noso planeamento urbanístico todas as naves gozan xa de protección ambiental, algo que non afecta ao tecido produtivo da planta», apunta el alcalde Benito Portela, de Sadamaioría.

En su reclamación citan un precedente: el caso de la otra fábrica de Sargadelos. En Cervo, fue declarado BIC todo el complejo. «A planta de produción que Díaz Pardo e Albalat crearon en Sada nos 60 é un deseño de vangarda tremendamente orixinal. A fábrica tamén é unha obra de Isaac, probablemente a principal», manifiesta Manuel Pérez Lorenzo, miembro del colectivo cultural Irmáns Suárez Picallo, que anuncia más alegaciones.

Su visión choca con la del administrador único de Sargadelos, Segismundo García. «Declarar bic a fábrica suporía burocratizar calquera tipo de reforma. Nas empresas hainas a cotío, suporía engadir moitos atrancos na nosa actividade», alega García. «Ás veces, a imaxe que temos dos empresarios non é a acertada», añade sobre su compromiso con la firma. «Cando houbo que arrimar o ombreiro porque a empresa pechaba, non apareceu ningún dos intelectuais que tanto a querían. Sargadelos estaba arruinada e chamada á liquidación, quen a salvou do peche fun eu», reivindica Segismundo García sobre la empresa que, recuerda, es una propiedad privada.

Preguntado sobre estas críticas, Anxo Lorenzo, el director xeral de Cultura, dijo que carecen de «informes técnicos acreditados» que justifiquen la ampliación del BIC. «O que me pregunto é que informes inclúe o expediente, do que vimos de pedir unha copia. Sargadelos non é só un forno para facer figuras de adorno», sostiene Queixas. La faceta empresarial y la cultural son, otra vez, las dos caras de un proyecto en lucha continúa por su permanencia.

Dos plantas en las que Isaac fue desde ingeniero a creador artístico

Sargadelos cuenta con dos plantas de producción. La de Sada, abierta como Cerámicas do Castro en 1949 por Isaac Díaz Pardo, y la de Sargadelos, la aldea de Cervo donde Antonio Raimundo Ibáñez abrió una fábrica de cerámicas a comienzos del XIX y que tenía en el caolín su tinte estrella. Cerró en 1875. En los 60, Díaz Pardo, en colaboración con Luis Seoane, emprendieron la segunda fase de Sargadelos, la moderna. La empresa vivió sus peores años en la década del 2010, en quiebra y al borde del cierre.