Críticas de profesores, familias y alumnos ante la incertidumbre sobre las fechas y las evaluaciones
27 abr 2020 . Actualizado a las 08:22 h.En un sistema educativo en el que los ordenadores brillan por su ausencia, los sistemas telemáticos en pañales, con algunos profesores que cuando se les dijo que se suspendían las clases cogieron vacaciones mientras la mayoría de sus compañeros se dejaban la piel para facilitar a los estudiantes el aprendizaje en casa y con un Ministerio improvisando según sople el viento, nadie sabe con certeza que pasará ni cuándo. Y estamos a las puertas de mayo.
El 16 de marzo se cerraron las aulas y los alumnos, desde los de infantil a los universitarios, se fueron cada uno para su domicilio. Llenos de incertidumbres. Si se reanudarían las clases antes del verano, si en lugar de playa tendrían pupitre, si obtendrían el título, si habrá examen de selectividad (Abau)... Casi mes y medio después, siguen sin tenerlo muy claro.
¿Está en condiciones el país de reunir a decenas de alumnos en una clase para hacer el examen de selectividad? ¿Saben ya los estudiantes qué les va a caer o no en el examen? ¿Están lo suficientemente preparados? «No, no y no». La respuesta es de Diego Novo, estudiante de segundo de bachillerato y dice no saber si aprobará todas, si puede presentarse al Abau, si lo habrá en junio, julio o el año que viene...
Unos tiran por un extremo de la cuerda para que la normalidad vuelva a los centros en junio y otros hacen fuerza desde la otra punta para mantenerlo todo como está hasta que la pandemia esté más controlada y el riesgo de contagios sea mínimo o nulo. Mientras, los días pasan.
El Ministerio de Educación ya se ha sentado con los representantes autonómicos para tratar de buscar un consenso que no a todos convence. Este lunes, en un principio, se dará a conocer lo que pretenden las autoridades. Según cuenta Amalia López, funcionaria de Educación, en un principio «la promoción de curso será la norma, sin que eso signifique que se vaya a dar un aprobado general porque sería injusto». Al mismo tiempo, la ministra insistió en que la repetición será una «medida excepcional» y que ningún estudiante perderá el curso por el covid-19. Así que se dejó en manos de los maestros qué hacer con los alumnos, qué nota ponerles o si algunos necesitan una o dos semanas de refuerzo, cuando se pueda, para pasar de nivel.
¿Quiere eso decir que habrá barra libre? «No, pero casi», dice el profesor de la ESO Luis Núñez. Recuerda que según la decisión adoptada en la Conferencia Sectorial de Educación «no se contempla la medida del aprobado general», pero se establecen medidas de evaluación globales para «valorar los avances o los retrasos y el déficit que hayan podido producirse de cada uno de los alumnos». Y eso «puede que no sea lo más justo», añade este maestro, que lamenta que no haya «una línea precisa a la que atenerse a la hora de evaluar a los alumnos».
Repetir, medida de excepción
Los sindicatos de enseñanza también están molestos con la situación. El hecho de que la repetición de curso vaya a ser una «medida de excepción» que tendrá que ser sólidamente argumentada y acompañada de un plan de recuperación que será decidida por los docentes, quienes también se encargarán de determinar si el estudiante puede pasar de curso o a la Abau, «no aclara en absoluto el papel que juega el profesorado», dice Luis Hermida.
Por parte de las familias, Anpas Galegas fue la primera en opinar, y Fernando Lacaci, su presidente, echó de menos normas claras porque «as familias quedan igual» que estaban y no saben qué hacer.
Rogelio Carballo, de Ceapa, se mostró a favor: «Valoramos positivamente que las directrices del ministerio sean fundamentalmente las mismas que indicamos en el comunicado conjunto».
