Comienza en A Coruña el juicio por la muerte de Diego Novo, que murió ahogado en la piscina del Liceo La Paz

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

El socorrista asegura que no apartó ni un momento la vista de la piscina en la clase

14 ene 2013 . Actualizado a las 15:18 h.

El hombre que desempeñaba las labores de socorrista en la piscina del colegio Liceo de A Coruña el día en que murió ahogado el niño de 4 años Diego Novo, el 30 de marzo del 2009, afirmó en la primera sesión del juicio que no dejó ni un momento de mirar al agua. Aseguró que cuando entraron los niños a la piscina pasó lista y les puso las burbujas. Durante la clase, él se ocupaba de la vigilancia de un grupo de 13 niños y, además había una monitora.

Recordó que la clase de natación transcurrió con normalidad. Al concluir, el socorrista y la monitora les quitaron las burbujas. Y los acompañaron al vestuario. Seguramente, según su versión, fue en ese momento cuando el pequeño Diego Novo se separó del grupo y regresó al agua. A los 10 minutos, cuando volvieron a la piscina con el siguiente grupos de niños, fue cuando hallaron al crío en el fondo.

Siete imputados en el banquillo

Esta mañana ha comenzado en A Coruña el juicio por la muerte del niño de tres años Diego Novo en una piscina del colegio Liceo La Paz en marzo de 2009. Tras cuatro años de instrucción la Justicia sienta en el banquillo a siete personas. Los dos propietarios del centro, la monitora de natación, el socorrista, el coordinador de las actividad de piscina, el jefe de estudios y el director técnico. Las acusaciones piden para ellos penas de entre tres y cuatro años de prisión como supuestos autores de un delito de homicidio por imprudencia.

El pequeño Diego Novo murió en clases de natación. En el colegio Liceo La paz, uno de los centros educativos de más prestigio en A Coruña. Sobre las 10 de la mañana del 30 de marzo del 2009. La jueza instructora repasa en un auto lo que ocurrió aquella mañana. La clase en la que murió el menor se prolongó de 10 a 10.30, estando presentes en la piscina tanto la monitora como el socorrista. El protocolo era el siguiente: los niños llegaban al vestuario conducidos por una profesora. Se les cambiaba de ropa y eran conducidos a la piscina, donde los recogía el monitor, que les colocaba los flotadores para luego introducirlos en el agua.

La clase transcurrió sin incidencias hasta que, diez minutos antes de su finalización, una profesora de apoyo ve al niño solo, sin chanclas, en los vestuarios. Nadie supo decir cómo había llegado Diego Novo hasta ahí, pues lo habitual era que los niños pidiesen permiso para ir al baño y que alguien los acompañase, al menos hasta la puerta de los vestuarios. Nadie lo acompañó aquella mañana. Lo cierto es que el crío regresó al agua. Cuando la clase terminó y salieron todos de la piscina, nadie se percató de su ausencia. Se dieron cuenta de la tragedia cuando entró en la piscina el siguiente grupo.

Otro juez, este de la Audiencia Provincial, que se encargó de resolver el recurso presentado por los padres del pequeño pidiendo la imputación de los dueños del colegio, escribía un auto en el que explicaba que el socorrista no tiene toda la responsabilidad de los hechos, «sino que de algún modo podría haber responsabilidades de la persona a la que correspondiera asegurar que el socorrista no hiciera actividad alguna que pudiera suponer una desatención del perímetro de la piscina».

El tribunal destacó además que los propietarios del centro «pudieron haber vulnerado el papel de garantes asumiendo así una flexibilización de la seguridad de los niños. Además, se deberá investigar si pudieron evitar la relajación tanto en las medidas de seguridad como de coordinación en una actividad destinada a niños».

Carteles colgados en varios lugares de A Coruña piden justicia para Diego Novo

De unas semanas a esta parte, los coruñeses se encuentran, vayan donde vayan, miren donde miren, con carteles en los que aparece la foto silueteada de un niño de cuatro años junto a una frase. No siempre es la misma. En algunas pancartas, colgadas en puentes y pasarelas o pegados en paredes y fachadas, se lee «Justicia para Diego Novo». En otras, «Todos somos Diego Novo». Es el coro de su memoria. Es así como los familiares y amigos de ese pequeño quieren llamar la atención sobre el juicio que comienza mañana, en el que se discutirá si su muerte en la piscina del colegio Liceo La Paz se produjo por una negligencia o estamos ante un desgraciado accidente.

Solo una vez han hablado en público los padres de Diego Novo para denunciar no ya que su hijo murió bajo el cuidado y responsabilidad del centro, sino también para criticar la actitud del colegio hacia ellos. El resto de los días, y ya van cuatro años de aquello, lo que han hecho es escribir y dejar el curso de la investigación en manos de un abogado, José luis Gutiérrez Aranguren. La madre del pequeño ha creado un blog que hoy es una referencia para centenares de padres.