Los expertos trazan en O Couto el camino hacia la rentabilidad del sector forestal

Marta López CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

Ana Garcia

La formación y la fijación del empleo a través de la industria, entre los retos a seguir

22 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Foro Voz celebrado ayer en O Couto (Ponteceso) sentó las bases para los aspectos que deberían mejorarse para conseguir un sistema forestal económicamente rentable y que cumpla también con su función social y ambiental.

El foro, que llevó por nombre Pondal e os Pinos, no pudo sino arrancar con un poema del bardo pontecesán, que sirvió para contextualizar la gran relevancia del monte para una sociedad que se divide sus 1.400.000 hectáreas de bosque arbolado entre 700.000 propietarios (la población total de Galicia es de casi tres millones de personas).

Luis García, director del centro de formación rural EFA Fonteboa, Pablo Vila, profesor de ingeniería agroforestal y José Manuel Iglesias, presidente del Clúster da Madeira, fueron los tres ponentes invitados al foro, que se desarrolló ante una sala llena hasta los topes de jóvenes estudiantes, miembros de las administraciones locales y propietarios que se acercaron a O Couto para interesarse por la situación actual del sector. Una situación no demasiado alentadora y que arrastra los abusos y malas prácticas realizadas en el pasado, pero que atisba un futuro más alentador en caso de seguirse unas determinadas líneas de trabajo.

Xosé Lois García Carballido, presidente de la Fundación Pondal, abría la jornada apuntando una idea fundamental: la necesaria existencia de un ciclo de retorno que actúe como fijador del empleo en la zona rural. «Os pinos eran a enerxía que movía aos fogares», explicaba, y así debería serlo de nuevo, una fuente de ingresos como cualquier otra.

Son más de 2.000 millones de euros los que factura el sector forestal al año en Galicia y, sin embargo, en muchos casos los montes han sido considerados como «unha reserva, case como un banco, algo que está aí para unha emerxencia», explicaba Luis García durante su intervención. Apuntaba también la gran cantidad de recursos que son infravalorados o que directamente no se contempla su utilización. «Non somos conscientes de todas as posibilidades que nos ofrece o noso monte».

La apuesta por la industria, la implantación de políticas para mejorar en eficacia y productividad y el cuidado regular de los terrenos -un aspecto que los titulares de las parcelas siguen descuidando- son tres aspectos que, según apuntan los expertos, podrían significar una mejora sustancial, dada la situación que atraviesa el sector.

Más de un 80 % de las fincas gallegas tienen una superficie inferior a media hectárea

«O sector forestal non é algo que se amañe de hoxe para mañá. Require tempo, esforzo e visión de futuro», indicaba Pablo Vila, profesor en el campus de Lugo de la USC, durante su intervención.

Como punto de partida cabría analizar el sistema de titularidad de los terrenos, que se caracteriza fundamentalmente por su excesiva parcelación y por la atomización de sus propietarios. Cada vez las tierras tienen un menor tamaño (un 80 % de las fincas tienen una superficie inferior a media hectárea) y se dividen entre un número mayor de dueños, lo que añade trabas legislativas a cada trámite que desee realizarse.

«Nestes casos non se lle debe botar a culpa á Administración do que fixeron os veciños no pasado», respondía el profesor Vila en el turno de preguntas formuladas por los asistentes. Habla, sobre todo, a las particiones que se realizan en los testamentos. En ocasiones, las subdivisiones alcanzan tal nivel de complicación que es más sencillo pasar el testigo a la siguiente generación y así ahorrarse los trámites.

Apunta Luis García que el monte no debe considerarse como un asunto secundario y que se debe de apostar siempre por su buen uso y cuidado, y no únicamente cuando hay determinadas subvenciones de por medio. «Ás veces póñense de moda determinadas cousas -como os biocombustibles no seu día- porque hai axudas de por medio, pero hai que ter visión máis aló, nun futuro, e pensar nas próximas xeracións que están por vir».