Cerceda, la aldea que se industrializó

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

CONCELLO DE CERCEDA

CÓMO CAMBIÓ TU PUEBLO | La década de los ochenta marcó un antes y un después en el concello

10 mar 2024 . Actualizado a las 21:27 h.

La central térmica de Meirama vaya si marcó una época vital para Cerceda que hasta se coló en el escudo del Concello. Comenzó a funcionar en 1980, de forma paralela a la mina de lignito, hoy reconvertida en el lago de As Encrobas. Fue el inicio de la industrialización del municipio, un cambio que se palpó, de forma notable, en la capital municipal.

Era una aldea, «con casas baixas e os tradicionais balcóns», recuerda el escritor Ramón Vilar, Moncho, natural de la parroquia vecina de Rodís (1973). «Había centos de explotacións de agricultura e gandería en todo o concello», añade. Ese desembarco supuso un «terremoto» a nivel social y económico, empezando por el empleo, con centenares de nuevos puestos muy bien remunerados, y siguiendo por las arcas municipales, que se multiplicaron de forma exponencial a raíz de los impuestos que pagaban Fenosa y Limeisa, propietarias de la planta y la mina que alimentaba las calderas; convenios aparte.

Así, desde mediados de esa década, las infraestructuras empezaron a crecer hasta niveles inimaginables. El ejemplo más grande, aunque llegó más tarde, es el Aquapark, que a día de hoy sigue siendo el único parque acuático de Galicia. El que fue alcalde desde el año 1995 hasta el 2020 por el PSOE, José García Liñares (Tordoia, 1951), y ya antes casó para Xesteda y fue arquitecto técnico municipal y edil, rememora aquellas primeras grandes actuaciones: «Os meus primeiros traballos foron o polideportivo, sendo Fernando González Laxe presidente da Xunta, e o campo de fútbol O Roxo». Este último, que después se seguiría dotando de más servicios, continúa siendo referente en la zona.

ANA GARCÍA

Empezaron a levantarse bloques de viviendas, mientras que la mejora de las comunicaciones fue otro de los aspectos más destacados. Se conectaron los principales núcleos municipales, Cerceda y A Silva; también Ordes con Carballo y Cerceda con Londoño «para enlazar coa autovía», y emergieron las aceras o una fuente en la Praza Campo da Feira «para evitar o aparcamento», apunta. «Dende o 87 chegou a piscina, o centro médico, a Radio Televisión Cerceda... Ollo: unha piscina climatizada que non a había entre A Coruña e Santiago, e o mesmo coa radio e televisión, que aínda na actualidade non hai ningún caso similar a un concello coma o noso», recuerda. Y no fueron casos puntuales: «Igual co auditorio e coa gardería e o fogar residencial. Estes últimos, públicos, non os había nin en Ordes nin en Carballo». Y no menos reseñables son las instalaciones municipales de pádel, sin olvidarse de las de aeromodelismo, en Rodís.

El parque acuático, el polígono de O Acevedo y la instalación de la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama), esta última ya en As Encrobas, le darían un nuevo impulso a la localidad.

ANA GARCÍA

Museo do Moucho y sistema ferroviario

Fue tal el bum de los años ochenta, que la capital municipal empezó a atraer, incluso, a vecinos de las otras parroquias del concello. Núcleos, muchos de ellos, desde los que se produjo, también, una gran emigración a Suiza. Moncho recuerda las diferencias que había a simple vista entre «a xente que traballaba na mina e a que non». En esta línea, no pasan desapercibidos aquellos tiempos en los que el amplio cuerpo de la Policía Local patrullaba en un Mercedes, con «chaquetas de coiro», recuerda Vilar, y en los que incluso el Ayuntamiento barajó la posibilidad de comprar un helicóptero. Ocurrió en la etapa de Jesús Orgeira en la alcaldía y la de su sucesor, Fernando Martínez. «Fixar poboación segue a ser unha das materias pendentes», anota el escritor.

El Museo do Moucho es, sin duda, otra de las iniciativas públicas más llamativas y singulares de Cerceda. Con miles de piezas, llegó a albergar, incluso, dos ejemplares vivos. Pero por este municipio pasaron ya desde mucho antes, a mediados del pasado siglo, trenes de proximidad hasta por cuatro paradas. Hoy en día hay una nueva y única estación, la de Cerceda-Meirama, que toca ambas parroquias. Con todo, el Concello carece de PXOM.