«Xa só por pasear o entorno vale a pena vir visitar as Torres do Allo»

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Turismo | El pazo más antiguo de Galicia puede presumir de ser, también, referente cultural. Fabio Mouzo es guía

29 mar 2024 . Actualizado a las 00:19 h.

Como prácticamente todo estudiante, el vimiancés Fabio Mouzo Martínez (1995) pensaba que su vida profesional iría ligada a sus títulos universitarios: «A veces márcaste obxectivos que non son doados», apunta. Se formó en Filoloxía Inglesa en A Coruña. No obstante, el ánimo de buscar un trabajo después, y la reflexión de su madre, que lo animó a contemplar el turismo para darle un salida al idioma, lo llevó a Santiago, al instituto Rosalía de Castro, donde cursó un ciclo de Turismo que lo dejó sorprendido y encantado. «E hoxe, grazas tamén a esa axuda de meus pais, estou contento de facer o que fago», explica. Parte de la plantilla de Trivium, Fabio es desde hace cosa de dos años guía en las Torres do Allo (Zas), el pazo más antiguo de Galicia. «En tempada alta somos tres. Na baixa abrimos só as fins de semana e festivos, de 11.00 a 19.00, ininterrompidamente», explica. Leonardo González es el coordinador y, en verano, se suma una tercera persona.

Antes de llegar a las Torres, Fabio trabajó muy cerca de casa, mostrando los Batáns do Mosquetín (Vimianzo), un lugar para aprender in situ de etnografía. Sorprende , sobre todo, «aos chegados de máis lonxe, xente das cidades». Poner a funcionar un molino y generar el movimiento de los martillos de los batanes le permitía que la comprensión fuese mucho mejor. Para él resultó «unha experiencia divertida».

Asegura que de las Torres, gracias a sus compañeros, pudo aprender mucho más de lo que ya sabía: pasado, familia, rentas...: «O usual é que cando un viaxa pense en ir a outros países, pero realmente sabemos pouco do que temos ao lado da casa. Galicia é moi rica». Sus visitas guiadas, en las que ha ido ganando soltura, suelen durar entre 45 minutos y una hora. Hay dos cada jornada, a las 13.00 y 17.00, narradas en un tono «familiar».

La temporada baja no tiene el ritmo del verano, pero las horas se le pasan pronto y recibe a vecinos de la comarca o a turistas de las ciudades más cercanas, A Coruña y Santiago, que aprovechan un día para descubrir algo que, considera este guía, vale mucho la pena: «Municipios de interior». También llegan desde Madrid o Barcelona, «buscando o noso clima». Hasta en invierno.

A las Torres do Allo, que ampliarán horario por Semana Santa, llegan algunos habiéndose informado previamente en la web, o en otros puntos turísticos. «Chegan cunha idea, pero tamén preguntan», dice Fabio. Con los extranjeros, muchos de Francia o del Reino Unido, puede poner en práctica el inglés, en el que se sigue formando, idioma que agradecen para conocer más al detalle la historia del monumento. Lo que más les sorprende, que la construcción «fose por partes». La más antigua, del siglo XV, la torre norte. Después la sur, en el XVII, y más adelante el pazo completo, cuyo jardín encandila a los niños. Los viernes hay visitas escolares.

BASILIO BELLO

Mouzo entiende una «responsabilidade» contar el pasado del pazo más antiguo de Galicia: «Ten moita historia, unha historia moi rica da nosa cultura... Xa só por pasear o entorno vale a pena vir visitar as Torres. A carballeira, a fonte... E logo están as actividades culturais, moi divertidas. É un xeito de gozar do tempo libre», sopesa el joven, que se reconoce «moi a gusto». No en vano, las Torres do Allo se han convertido, por empeño del Concello de Zas y de la mano de la Deputación da Coruña —propietaria del bien—, en referente cultural.  y en ella, además de las visitas, hay obradoiros, conciertos, contadas, una romería, exposiciones, campamentos, visitas teatralizadas a cargo de Os Quinquilláns y hasta un escape room.

Todo es gratuito, también las visitas guiadas: «Si que sorprende. A veces dinnos que un euro ou dous, aínda que fose, habería que cobrar». De su trabajo Fabio ha sacado conclusiones: «Hai moito monumento aquí na nosa zona, moita historia agochada, facilitada para a xente, pero quizais non coñecida porque se prefiere o exótico». Aun así, aprecia, cada vez más la población local da valor a lo que tiene cerca y, sobre todo, percibe una especie de cadena patrimonial: «Se alguén vai ao castelo de Vimianzo fálanlle das Torres, dos dólmens, dos Batáns...». Y al revés. Todos suman.