Abandono animal: la pescadilla que se muerde la cola en la Costa da Morte

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Nace una nueva protectora en Bergantiños, que hace un llamamiento a la concienciación, en un clima de quejas por la falta de ayudas y de controles

02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El abandono animal en la Costa da Morte es la pescadilla que se muerde la cola: un problema que no cesa con el paso del tiempo y que, al contrario, incluso genera más quebraderos de cabeza que antaño, también, porque el contexto ha cambiado, con un avance en la normativa para esta problemática. Un avance, en todo caso, con el que la situación no ha cambiado, y con el que surgen nuevas necesidades.

En este marco, y tras el anuncio de disolución de la protectora Amigos de los perros, en Carballo, ha nacido entre este municipio y el vecino de Coristanco una nueva asociación: Refugio Color Esperanza. La entidad tiene el domicilio fiscal y social en el concello carballés, y un refugio en la localidad coristanquesa, si bien actuará a nivel comarcal en Bergantiños. Lo explica la responsable, Fabiana Sánchez, conocida por Sol.

Centrada en el cuidado de los perros mayores, enfermos y con discapacidades, «los más olvidados», lamenta, se hizo cargo de una veintena de canes de la ya extinta entidad, según apunta, con la que ella y dos de sus compañeros colaboraban. «Nacemos para concienciar, para atajar el problema desde la raíz», empieza comentando la presidenta, a lo que añade: «Iremos de aldea en aldea ayudando a personas vulnerables, como pueden ser los mayores con pequeñas pensiones, que no saben lo que es castrar o poner un chip, para que cuando un perro desaparezca pueda regresar a casa». E insiste: «Hay que hablar en los colegios para dejar claro que los animales no son juguetes, sino que sienten, padecen y crecen. Hay que mentalizar. Es necesaria nuestra labor para darles una vida mejor a las mascotas». En este sentido, ya lo deja claro: «No vamos a hacernos cargo de perros así porque sí». Tratarán siempre de ayudar y colaborar, pero su misión principal será la concienciación.

Vivimos en un momento en el que tener una mascota está «de moda». En el que la sociedad se está «abrindo» en esa dirección, con más recursos, de modo que es «normal» que tengan más cabida. Habla la psicóloga Vanessa Andrade, con consulta en A Laracha, que considera «moi positivo» tener animales, siempre y cuando exista una responsabilidad. Todo, bajo unos parámetros, que ella misma explica. «Hai que ter dispoñibilidade. Se non, suporá unha carga, un estrés, que conduce ao abandono», señala. Los canes, dice, generan una «conexión» que «enchen dalgunha maneira necesidades emocionais». «Acéptante de maneira incondicional e producen moito autocoidado», añade.

Un veterinario bergantiñán que prefiere mantener el anonimato defiende que bastaría con «que todo o mundo cumpra estritamente a lei de benestar animal» para erradicar la pandemia del abandono. Lo que puede parecer una evidencia, no lo es. En este sentido se refiere tanto a los dueños de los animales como a la realización de más controles: «En España, a xente aprende ás malas, con sancións. É un tema da mentalidade individual. Nin de rural ou cidade, maiores ou mozos», expresa. Él informa de la normativa a sus clientes, y aun así dice que la mejoría es «leve». Se refiere a la identificación a través de los chips, entre otras cuestiones. De lo contrario, considera que con las actuales leyes, sobre todo, con la más reciente, la estatal, el abandono irá a menos y que decrecerá la tenencia de mascotas dadas las restricciones. «Fálase de incremento do número de animais, pero porque se están rexistrando cans que xa había», opina.

ANA GARCÍA

Gastos de más de 60.000 euros anuales para los concellos

Cada día, fruto de una mayor concienciación, surgen más apoyos desinteresados para cuidar y proteger, asimismo, a las colonias callejeras de gatos. Pero a los que esta tarea les vino encomendada a la fuerza y sin apenas ayuda fue a los concellos, que ya desde hace unos años, con la normativa autonómica, vieron incrementar su gasto, con esta finalidad, de manera desorbitada. Es sacar el tema y los gobiernos locales ponen el grito en el cielo.

En Vimianzo destinan unos 5.000 euros mensuales a la recogida y mantenimiento de los perros y gatos supuestamente abandonados, lo que les supone una inversión anual de más de 60.000 euros, traslada la concejala María José Pose, quien se ocupa de estos quehaceres. Fue el coste real del pasado año, y este va por el mismo camino. «Dende que comezamos no 2019, imos en aumento», asegura. En Dumbría, por poner otro ejemplo, el sentir es el mismo. En el 2023 destinaron 43.895 euros a esta área, según confirma el alcalde, Raúl González.

Estos dos municipios coinciden al destacar un aspecto, que ya puso en relieve, recientemente, el encargado de Xestión Ética do Abandono (XEA), en Zas: «A xente ve un animal na rúa e xa chama para que vaias recollelo, cando estamos no rural e moitos, con dono, andan soltos», comenta Raúl. El problema es que la gran mayoría no tienen chip, añade María José.

La mala costumbre de algunos peregrinos del Camiño de Santiago a Muxía y Fisterra se mantiene, afirma el regidor dumbriés: «O ano pasado, un grupo de estremeños deixou un can ao ter que subir ao bus, e ao preguntarlle, dixeron que viña con eles dende Negreira».

Por si da lugar a dudas, ellos son los primeros defensores de las leyes de bienestar animal, «pero teñen que vir acompañadas de orzamento», lamentan los dos representantes.

La empresa zasense, que presta su servicio a numerosos ayuntamientos de la comarca, les cobra más de 6 euros diarios por cada animal que atienden en sus instalaciones, gastos veterinarios y desplazamientos para el rescate, aparte. Desde ambas Administraciones apuntan que las ayudas que reciben por parte de la Xunta para este acometido solo rondan los 2.000 euros. Es dinero que pierden los vecinos.

La edila vimiancesa se queja de que muchos residentes tienen un mal entendimiento, a veces «falta de responsabilidade», otras «descoñecemento», de la norma que obliga a los concellos a hacerse cargo de las mascotas abandonadas: «Teñen chamado para dicir que teñen dúas crías das que non se poden facer cargo». Es una situación que desespera a las Administraciones. «Os concellos non estamos preparados para isto, ao contrario: moi descubertos», añade.

Ya no solo se trata de dinero, sino que la cuestión requiere de más recursos. María José considera que las campañas de concienciación serían clave, pero el crédito no da para más.