«Sentín un ruído e pensei que un coche chocara contra a casa»

Marta Casais
m. casais RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

La vecina de Rianxo Dolores Romero relata la angustia que vivió cuando un rayo alcanzó su vivienda y causó cuantiosos daños

09 dic 2021 . Actualizado a las 08:08 h.

María Dolores Romero, de A Burata, en Rianxo, vivió la noche del martes una situación de miedo y angustia cuando un rayo alcanzó su vivienda. «Eu estaba sentada vendo a televisión, acababa de cear cando sentín o ruído e pensei que un coche chocara contra a casa», dice la propietaria. Poco después la casa se llenó de humo, mientras la carga eléctrica corría por todo el cableado de su morada llegando hasta el ático, en el que hizo agujero en el techo y levantó el tejado.

La descarga se produjo sobre las nueve y media de la noche y afectó la caja eléctrica del exterior del inmueble. No solo resultó dañado el cableado de su propia casa, sino el del resto de las viviendas cercanas. El susto fue enorme y la propietaria, que reside sola, pronto se apresuró a coger una linterna y el móvil para llamar a la policía. «Queimou moito da casa, había tanto fume e tanto cheiro que eu saín fóra chovendo», recuerda esta rianxeira. El olor a quemado llegó a extenderse por las zonas próximas en cuanto abrió la puerta, según comentaron los vecinos.

Paredes quemadas

Aunque en el exterior del inmueble los desperfectos causados por el rayo son mínimos, por dentro la casa está irreconocible.

En la planta de abajo, las paredes por donde discurren los cables están quemadas y negras. En el suelo, en una esquina del pasillo, cinco metros desplazada de su ubicación en la pared y completamente reventada, acabó la caja eléctrica del interior.

La cocina está inutilizable, el frigorífico tiene una puerta descolocada y por todo el suelo hay restos de cristales de las bombillas que explotaron. En la planta superior y en el ático se observan las marcas dejadas por vigas que acabaron levantadas a causa del impacto. La descarga alcanzó el otro lado del techo, rompiendo varias tejas.

«Polo menos, eu consólome pensando que os cables non arderan e queimasen as vigas de madeira. Aí si poderíamos ter un desgusto», señala la propietaria. María Dolores Romero está ahora en casa de su hermano, cercana a la suya, a la que se marchó tras llamar a emergencias. «Vin en zapatillas, collín nada máis que o móbil e a lanterna, moi asfixiada e cubríndome ca bata».

Los servicios de emergencias llegaron pronto, y el electricista consiguió arreglar una de las cajas eléctricas del vecindario que habían resultado dañadas por el rayo. María Dolores Romero, por su parte, tendrá que esperar al dictamen de los peritos para regresar a su domicilio.