Hay estudios que apuntan a la relación entre desembalses y la mortandad del marisco: «Si se baja la salinidad, hay mortandad»

Europa press SANTIAGO

MUROS

CARMELA QUEIJEIRO

Crecen las exigencias de «luz y taquígrafos» por parte de afectados en las rías sobre los protocolos de aperturas de embalses

26 nov 2023 . Actualizado a las 04:50 h.

Las rías gallegas están sufriendo episodios de mortandades misivas de marisco en las últimas semanas, después de lluvias continuadas durante un mes. El sector denuncia el impacto que causa la apertura de embalses y los estudios científicos apuntan a una incidencia de causa-efecto. «Si se baja la salinidad, hay mortandad», deja claro Almudena Hospido, investigadora del área de Ingeniería Química de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

El año pasado, varias científicas presentaron una metodología que evalúa los efectos de la variación de la salinidad en las rías. El método, aplicado a un estudio de caso en la ría de Arousa, fue desarrollado por la doctoranda Alba Roibás, las profesoras de la USC Almudena Hospido y Anuska Mosquera, así como la investigadora Montserrat Núñez. «En los últimos años, tuvieron lugar repetidos eventos en los que los pescados y algunos moluscos como el berberecho murieron masiva y repentinamente en las rías gallega, donde la única explicación posible para estos sucesos fue la bajada drástica de la salinidad debido a la apertura de embalses», concluían.

Almudena Hospido explica que «hay ciertas especies que tienen como una salinidad de confort», lo que lo convierte en una «sustancia esencial»; «entonces, el daño se causa tanto por exceso como por defecto». «La innovación que supuso este trabajo fue justamente eso, que nos permite evaluar impactos tanto cuando hay un exceso de la sustancia como un detrimento, porque estas especies están acostumbradas o se desarrollan satisfactoriamente en unas concentraciones de confort».

Sobre el funcionamiento del impacto de desagües de presas, Hospido contesta: «Lo que hace al final es que, si tenemos un contenido de sal y tenemos mucha más agua, pues se baja la concentración y entonces desplazamos a nuestro marisco a una situación donde no se desarrolla confortablemente».

«Si bajamos la concentración, en este caso de la salinidad, pues hay mortandad. Y eso lo vemos, no hay más que salir a nuestras rías», explica.

Estudios en Portodemouros

En su artículo, estas investigadoras citaban trabajos de científicos como José Manuel Parada, quien firmó junto a sus colegas Ricardo Beiras, Sebastián Villasante y Manuel Antelo un estudio de la UVigo en el 2015 sobre la mortalidad del marisco en los Lombos do Ulla. Recogían resultados de cambios de salinidad entre el 2012 y el 2014 y las comparaba con las variaciones de salinidad esperables en función de las variables meteorológicas. «Las discrepancias entre ambas series de datos fueron asociadas a las variaciones del nivel de ocupación del embalse de Portodemouros», resaltaban en ese informe.

«Los casos más graves en los que los eventos de baja salinidad observada resultaron más acentuados o más persistentes en el tiempo coincidieron con probables sueltas de agua en el embalse de Portodemouros, en las mayoría de los casos, derivados de una alta ocupación del mismo», afirmaban entre sus conclusiones.

Descargas beneficiosas 

Almudena Hospido cuenta que desarrollaron su método para ayudar a evaluar el impacto de los vertidos de las conserveras a la ría. Por eso, indica la necesidad de que se hagan análisis con «información mucho más detallada por profundidad» y horas para «repartir responsabilidades» sobre impactos, «ya con modelos dinámicos».

«La lluvia provoca un efecto de dilución pero en etapas más superficiales. Y aquí tendríamos que ver cómo se mueven las masas, cómo se diluye o cómo se reparten las sustancias en la masa de agua por profundidades. Y eso sí que es algo que nosotros no hemos evaluado», expone esta investigadora.

Ante este problema, abre la puerta a una posiblidad de que, «a lo mejor, una descarga de un efluente con alto contenido en salino sería beneficioso» para contrarrestar «condiciones de baja salinidad». Remarca que «la salinidad empieza a ser un tema de grandísimo interés en diferentes ámbitos científicos».

Y es que en momentos de vaciados de embalses se podría aportar una concentración de agua con salinidad de «otros efluentes que se pudiesen almacenar y descargar en el mismo momento para compensar efectos». «Corrientes con altos contenidos de salinidad serían realmente muy beneficiosos para compensar esas otras corrientes que vienen limpias de sal», opina.

No obstante, reconoce que su puesta en práctica no es fácil porque «tampoco le puedes pedir a una conservera que almacene su agua sucia cuando normalmente están en zonas muy tensionadas a nivel de suelo industrial». «El problema está sobre la mesa y lo que haría falta es un poco igual de concienciación política para establecer agentes claves que actuasen en conjunto», realza.

«Luz e taquígrafos»

El presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), Xaquín Rubido, denuncia que hay «gran opacidad» y «oscurantismo» en «todo el tema de apertura de embalses desde hace muchísimo tiempo».

«Esta última vez, ante la entrada de un río atmosférico tropical advertimos lo que iba a acontecer, pero nos encontramos con un muro de opacidad absoluta», clama sobre la muerte masiva del marisco constatada en el último mes.

Así, Rubido exige que «habría que poner luz y taquigrafos sobre todo este tema». «En primer lugar habría que conocer cuáles fueron hasta ahora los protocolos, si es que los hubo, los términos de estos protocolos», razona. «Y deberían estar encima de la mesa porque el agua de los ríos es un asunto público» que «está afectando de forma determinante al sector marisquero».

«En segundo lugar, debería negociarse un protocolo con el que se resuelva los problemas de una vez por todas», deja claro el presidente de la PDRA. En el caso del Ulla, apunta a la problemática con el embalse de Portodemouros, que «es una mole inmensa» y tiene una «capacidad de almacenamiento grandísima», por lo que «impacto es mucho mayor». «Quieren ganar tanto dinero que luego las consecuencias las pagan las mariscadoras y los mariscadores», se queja.

Recuerda que las cláusulas de las concesiones a las que dio permiso Augas de Galicia se «establece que el objetivo no es solo hidroeléctrico», sino «modular el caudal del río posterior a Portodemouros». «Esto no se está cumpliendo», advierte. Una denuncia que también ha realizado en los últimos tiempos Plademar por el impacto de embalses del Tambre en las rías de Muros y Noia.

Y es que «hay un régimen de mareas que es perfectamente predecible, se puede calcular cuándo llega el agua del desembalse á la ría de Arousa, por la distancia y caudal de río». «Tienen que hacer el desembalse coincidiendo con las mareas altas y esto no pasa», alerta, además de pedir que «tienen que avisar».

El propio conselleiro do Mar, Alfonso Villares, manifestó esta semana en el Parlamento que se está trabajando, junto a Consellería de Infraestruturas, con Naturgy, empresa que gestiona el embalse del Tambre, para redefinir el protocolo de actuación ante la apertura de compuertas. Espera ofrecer pronto una respuesta en firme sobre esta cuestión, que está demandando la cofradía de Noia, de cara la que se les facilite una comunicación temprana de la evacuación de las aguas almacenadas.

También quiso dejar claro Villares que, ante altas precipitaciones como las sufridas, los embalses «juegan un papel importante en la regulación del caudal de los ríos», pues evitan que toda el agua procedente de las lluvias «vaya a parar al mar de golpe». Todo ello mientras la Xunta estudia pedir al Gobierno la declaración de las áreas afectadas en las rías como zonas catastróficas.