Manuel Novo: Un objetivo ribeirense en los Goya de fotografía

Laura Ríos
laura ríos RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Fue nominado a este galardón por la instantánea que tomó de una joven el día de su boda

28 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Clic, clic, clic. El sonido de las fotografías se ha convertido en una verdadera fiebre generalizada. Vídeos e instantáneas de todo tipo llenan las redes sociales, en las que los usuarios van colgando contenido con la esperanza de enlatar los momentos más felices de sus vidas tras haberlos compartido con sus amigos. Por el contrario, el tomar una buena imagen sigue siendo un arte no al alcance de todo el mundo.

Así lo piensa Manuel Novo (1998), un ribeirense al que las ganas de retratar el mundo le corren, literalmente, por las venas. Hijo del conocido fotógrafo Alfonso Novo, el joven creció rodeado de cámaras con las que empezó a experimentar ya desde su infancia: «Sempre fun deses nenos que ía sacando todo nas excursións do colexio».

Sus primeras experiencias fueron en el estudio de su progenitor, en el que aprendió todo lo que sabe de la mano de los mejores. Entre esos nombres también destaca el de Kake Regueira, al que considera uno de sus maestros. Sobre esa época de absorber conocimientos como una esponja tiene una conclusión clara: «Foi a mellor herdanza da vida que che pode dar un pai, un agasallo que non todos poden gozar».

Para ir cogiendo soltura detrás del objetivo, el barbanzano solía acudir con ellos a las bodas para sacar instantáneas de los momentos más felices en las vidas de mucha gente. Quizás él no lo sabía en aquella época, pero fue ahí cuando le picó el mosquito de intentar hacer las cosas cada vez mejor, buscando ángulos nuevos y poses que llamasen la atención del espectador.

Entre enlace y enlace el ribeirense sacó tiempo para montar un estudio propio en la capital barbanzana con el que poder forjarse un nombre en el sector: «Non quero ser coñecido como o fillo de Alfonso Novo, quero gañarme o meu propio espazo».

Y vaya si lo está logrando. El talento de este muchacho es tan notorio que en el 2021 fue la firma detrás de la mejor foto del año según la Federación Española de Profesionales de la Fotografía.

El galardón le cayó en os brazos por la belleza de una instantánea de la Torre de Hércules coruñesa en la que el joven había logrado captar el carácter único de este emblema gallego, rodeado de la bruma marinera. La segunda gran sorpresa de su corta pero intensa vida profesional llegó tan solo dos años después, cuando su instantánea de una novia en una boda le valió la nominación en esa categoría a los premios Goya en su disciplina.

manuel novo

El rostro cabizbajo de una mujer joven, parcialmente tapado por un sombrero, le valió para hacerse un hueco entre nombres conocidos a nivel nacional, entre los que también estaba el del ribeirense Manuel Iglesias, del estudio Lesmes. Durante la conversación, el joven recuerda el momento en el que había hecho la captura.

Cazar el momento

Fue en una boda en el año 2019, mientras hacía una sesión a los novios, que pensaron que la mejor opción sería bajar hasta la playa en busca de un escenario más bonito. Y dieron en el clavo. Un sol en lo más alto del cielo y la pamela de la gran protagonista de la jornada fueron suficientes como para que Novo sacase a relucir todo su potencial: «Despois púxena en branco e negro para darlle máis dramatismo, para que tivese máis misterio».

El profesional, que nació en el año 98, confiesa que el tema de la edad le juega a veces en contra, pero que es algo que contrarresta con su talante y el saber estar. «A xente cando me ve en persoa quédame mirando e adoitan preguntarme cantos anos teño. O bo é que antes de verme a min ven os meus traballos e saben que a idade é soamente un número».

Piensa que los años en el estudio de su padre fueron el mejor entrenamiento y que no solo es importante sacar buenas fotos, sino transmitir confianza en las reuniones y saber entender las necesidades de la gente: «Aínda que a min me guste darlle un toque máis artístico, non me esquezo de sacar as fotos importantes da xornada para que a xente teña boas lembranzas do seu casamento».

Sobre esto, explica que es bueno innovar y buscar nuevas perspectivas, pero que tampoco hay que dejarse llevar por las tendencias, pues estas son pasajeras y pueden pasar una mala factura con el paso de los años: «As imaxes teñen que ser algo inmortal, que non pase de moda».