El mercado de Ribeira sufre su quinto robo y pone en pie de guerra a los placeros, que piden la colocación de rejas
BARBANZA
Poco después de las siete de la mañana, el encargado del mercado de abastos de Ribeira acudió a abrir la instalación y notó que había alguien dentro. El ladrón, que había accedido por la puerta de la avenida del Malecón, al ver que no estaba solo emprendió la huida. La noticia de un nuevo robo, el quinto según los vendedores, puso en pie de guerra al colectivo, que reclama la colocación de rejas.
Indignados por lo que había sucedido, el presidente de la asociación de placeros, Nardo Mariño, aseguraba que «esto es una vergüenza» y solicitaba una reunión con el alcalde.
Aunque la mayoría de los comerciantes afirmaron que «viñan a por cartos», porque los puestos estaban revueltos, dos vendedoras sí resultaron perjudicadas. Se trata de María Mercedes Patiño y Virtudes Iglesias, las adjudicatarias de un puesto de congelados y de otro que combina los artículos refrigerados con los frescos.
De sus cámaras desaparecieron unos 14 cajas de gambón de distintas categorías, así como un baúl de este mismo marisco, otro de buey y cinco cajas de camarón. El importe de la mercancía supera los 400 euros. Además, en el puesto de Patiño, los ladrones estropearon unos doce kilos de bacalao congelado. Quienes entraron en la instalación también se apropiaron de los 15 euros de la peña de la lotería.
Parte de los gambones, posiblemente en la huida emprendida por los intrusos al ver que una persona que sí tenía llaves había accedido al recinto, acabaron esparcidos por la calle y fueron recogidos por los placeros.
El alcalde, Manuel Ruiz, señaló que se estudiará la instalación de nuevas medidas de seguridad, ya que las cámaras no disuaden a los ladrones, como un sistema de detección de personas o rejas.
Por su parte, un agente de la Policía Nacional acudió para tomar huellas de la puerta e inició una investigación.