Mohamed Diab muestra el don de los maestros en su segunda obra

víctor rodríguez

BARBANZA

cedida

El cine africano reclama su espacio en una sección dedicada en su mayoría y por derecho al europeo

02 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

2016 • Egipto, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Alemania • Mohamed Diab • Nelly Karim (Nagwa), Hany Adel (Adam), Tarek Abdel Aziz (Hossam), Ahmed Malek (Mans) • En una selección de cine europeo en la que conquistan su espacio el asiático y el americano, el estreno de la semana nos llega, solo por segunda vez desde el inicio de la sección en abril del pasado año, desde el continente africano. Si en febrero fue el tunecino Mohamed Ben Attia con su Hedi, un viento de libertad el que inició el camino, el egipcio Mohamed Diab, destacado cineasta de la nueva generación del país con la industria más importante del mundo árabe, es quien lo continúa.

Tras conquistar al mundo con su ópera prima El Cairo, 678 (2010) ratificándolo con los premios obtenidos en los festivales de Chicago, Dubái, Montpellier y Sídney, llega a nuestras carteleras su segundo largometraje. Un Clash estrenado en Cannes y que después de haber recorrido los festivales más importantes viene de recoger los premios al Mejor Nuevo Director y al Mejor Director de Fotografía en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

El argumento

Las películas seleccionadas como estreno de la semana lo son por su calidad cinematográfica y por la forma en la que tratan la temática que desarrollan. Influenciado por el amor al teatro que los egipcios llevan en la sangre, Diab encierra a los protagonistas durante toda la película en un camión de policía, haciendo aflorar como realizaron Alfred Hitchcock en La soga (1948), Sidney Lumet en 12 hombres sin piedad (1957) y Luis Buñuel en El ángel exterminador (1962), todos los sentimientos humanos en un espacio limitado, llevando al espectador a sufrir lo claustrofóbico de la situación.

Siguiendo las pautas de un cine árabe marcado desde los años cincuenta por los temas sociales e influenciado por el contexto político, comprometiéndose con las grandes problemáticas del momento, Diab plasma en Clash un punto de encuentro de la humanidad con el don de Youssef Chahine, Palma de Oro en Cannes en 1997 y el realizador egipcio de más renombre.

2011: La revolución egipcia acaba con treinta años de presidencia de Mubarak. 2012: El nuevo presidente electo Morsi es miembro de un partido islamista, los Hermanos Musulmanes. 2013: Millones de egipcios se alzan contra el presidente en las mayores protestas jamás vividas en Egipto. Durante varias semanas irrumpen por todo el país violentos enfrentamientos entre seguidores de los Hermanos Musulmanes y partidarios de los militares. La historia transcurre un día cualquiera de esas semanas.