La violencia machista origina la tercera parte de las detenciones de la Policía Local de Vilagarcía

En un principio, las competencias de un cuerpo municipal de policía no deberían ir mucho más allá del control y la regulación del tráfico en su término de actuación. Sucede, sin embargo, que la seguridad ciudadana, reservada a fuerzas como la Policía Nacional y la Guardia Civil, es materia lo suficientemente extensa como para rebasar las previsiones de cualquier teorización. Así que las policías locales asumen por norma general acciones que, sobre el papel, estarían más allá de sus atribuciones. No es difícil buscar un apoyo documental para esta afirmación. Basta con echar un vistazo al balance de la actividad que los agentes municipales de Vilagarcía desplegaron el año pasado. A lo largo del 2023, sus miembros investigaron a 133 personas por delitos que nada tenían que ver con la conducción en la ciudad.

La renovación y el refuerzo de la plantilla, en la que el Concello lleva tiempo trabajando, se deja notar en las estadísticas. Así, tanto el número de investigados como el de personas detenidas —aproximadamente la mitad de ellos— se han duplicado con respecto al ejercicio anterior.

Proliferan los malos tratos

Existen otros muchos capítulos, pero la proliferación de la violencia doméstica llama la atención dentro de las intervenciones que los agentes locales desarrollaron durante el 2023. De las sesenta detenciones que practicaron, un 27 % tuvieron su origen en un problema con trazas de lacra social. Malos tratos en el ámbito familiar, violencia de género y arrebatos machistas constituyen la tercera parte de este particular balance.

Tampoco se queda atrás la casuística que acostumbra a dominar las estadísticas en materia de seguridad ciudadana: los hurtos y los robos con fuerza, que en Vilagarcía condujeron a la detención de trece individuos a manos de la Policía Local.

Dos categorías completan, a grandes rasgos, el parte de actividad del cuerpo municipal: un arresto por un delito contra la salud pública y otro relacionado con la tenencia ilícita de armas. Y un último factor que también parece ir a más: el 12 %, algo más de uno de cada diez detenidos, lo fueron por agredir de alguna forma a los propios agentes.

Valga como ejemplo lo que ocurrió en el caluroso primer fin de semana de julio. Un vecino telefoneó a la Policía Local a raíz de que un sujeto agrediese a su hijo, menor de edad, cuando este se hallaba en compañía de cuatro amigos. El tipo blandía una cadena con la que había amenazado al grupo de chavales. Uno de ellos le dio la espalda, ocasión que aprovechó para descargar un golpe que le alcanzó en el hombro y el pecho. Horas antes, el mismo individuo la había emprendido a cadenazos con dos agentes en Sobradelo, adonde habían acudido, alertados por las bravatas que el hombre profería. Un policía resultó herido.

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