Vermú, la poción mágica de O Piñeiriño

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Un festival en el barrio vilagarciano recaudó fondos para que Amencer adquiera un sistema que permite comunicarse a las personas con parálisis cerebral

21 abr 2024 . Actualizado a las 22:52 h.

Lo hemos invocado tantas veces en estos últimos meses, que ahora que se ha decidido a brillar, el sol lo hace con esmero. Ayer a mediodía, sus rayos caían sin piedad sobre el cruce de calles en el que se encontraba la zona cero del festival solidario organizado en el barrio de O Piñeiriño (Vilagarcía). La asociación vecinal Breogán se había aliado con Amencer-Princesa Letizia, un centro para personas con parálisis cerebral situado «al otro lado de la carretera», para recaudar fondos que permitan a esta entidad adquirir material que necesitan para mejorar la vida de sus usuarios. La iniciativa logró, desde bien pronto, concitar muchas simpatías. Pero ni Breogán ni Amencer se imaginaban que la respuesta iba a superar sus mejores expectativas.

El plan era sencillo, y brindaba la posibilidad de echar una mano a una buena causa disfrutando, al mismo tiempo, de un domingo de abril. Desde mediodía, y hasta bien pasadas las cinco de la tarde, se sucedieron los conciertos —de los jovencísimos talentos de Rompekalaveras, de Pedrovi, del incombustible Dani Barreiro—, las sesiones musicales de Kris K Dj y La Yaya Dj y las proyecciones del Festivaliño on the Road. Con la música desparramándose por las calles, las formas de colaborar con Amencer se disparaban: se podía comprar blocs de notas y otros trabajos hechos por sus usuarios en un puesto estratégicamente situado para escapar del sol, se podía hacer una donación, o se podía disfrutar del vermú que se servía en una barra situada en la calle y ante la cual se formó una cola perenne de gente que quería brindar con la poción solidaria. Quienes además querían comer algo, tenían a su alcance —gratis— cuatro pinchos donados por el Areoso Beach Club y cocinados por Rubén García, que quiso aportar su granito de arena. Sus bocados triunfaron: se repartieron 800 raciones de atún marinado con remolacha y aceituna en polvo; wok de verduras de temporada, langostinos y chipirones; brioche de porco celta y cremoso de queso, ron y café.

A los organizadores, que por la tarde estaban exultantes por la gran acogida que ha tenido el evento, aún le falta echar las cuentas. Pero de entrada, están convencidos de haber logrado reunir el dinero que Amencer necesita para adquirir un TOBII, un sistema que permite a las personas con lesiones cerebrales comunicarse usando los ojos, y que le abre nuevas vías para poder entretenerse. Es un sistema muy útil, pero también muy caro —su precio ronda entre los 2.000 y los 3.000 euros—. El Sergas lo financia, pero solo en aquellos casos en los que la persona solicitante puede acreditar que sabe manejarlo. «Por eso tienen que entrenar, y por eso queremos disponer de uno en el centro, para poder ir preparando a la gente para que aprenda a usarlo y supere la prueba», explica David Carrera, el coordinador del centro de día de Princesa Letizia. Ayer, desde una de las zonas de sombra del festival, reconocía que no esperaba un éxito de público como el alcanzado. «El barrio siempre nos ha acogido muy bien. Participamos en muchas actividades con el colegio, hemos colaborado con negocios de hostelería... Contábamos con la gente de aquí, pero ha venido muchísima más».

Y eso es buena señal. Porque, además de recaudar dinero, el festival pretendía servir para establecer vínculos entre los usuarios del Princesa Letizia y la calle. «La gente se piensa que ahora hay muchas más personas con discapacidad, pero hay las mismas, solo que ahora se ven, quieren formar parte del mundo que hay a su alrededor. También queremos demostrar que nuestros centros no son sitios lúgubres y oscuros y que nos encanta socializar sin dramas ni problemas».