Israel, Palestina y la resolución de los dos Estados

Anan Abdalah VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

Siempre he defendido la única fórmula viable: la creación de un solo Estado donde convivan palestinos e israelíes con iguales derechos y deberes

24 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos días parece que muchos mandatarios occidentales se han despertado de su letargo, que duró décadas, con respecto a la cuestión palestina y el pueblo palestino. Hablan de la resolución mágica que acaban de descubrir, pero demasiado tarde. es la magia de reconocer un Estado palestino que no existe.

Me cuesta mucho creer que estos mandatarios tengan cientos de asesores con muy buen sueldo. Antes de reconocer algo, sencillamente tiene que existir. Primero hay que hablar de la creación de un Estado para los palestinos. Ese Estado fue establecido en los territorios palestinos ocupados según el acuerdo de Oslo en 1993, hace más de treinta años, entre palestinos e israelíes. Tenía que haberse creado en los territorios palestinos ocupados durante la guerra de los seis días, en 1967. Israel, como siempre, considera los acuerdos con los palestinos como papel mojado, una vez que consigue algún objetivo determinado bajo el engaño y la manipulación.

¿Qué pasó para que se produzca este repentino despertar? Sencillamente, es una manera de intentar lavar conciencias que no existen, al igual que tampoco existe el Estado palestino.

Desde la firma del acuerdo de Oslo, Israel no ha parado de construir asentamientos en los territorios palestinos ocupados para albergar a cientos de miles de colonos extremistas. Actualmente existen 183 asentamientos con ochocientos mil habitantes armados. Lo único que hacen es hostigar a la población palestina con la protección del ejercito israelí. Sin que nadie condene esos actos. Sin que nadie condene la anexión sigilosa de los territorios palestinos ocupados para convertir las ciudades palestinas en simples guetos, con la imposibilidad de crear un Estado en ellos por falta de espacio físico. Por lo tanto, la creación de un Estado palestino es, hoy por hoy, totalmente inviable. Mientras, los asentamientos crecen cada día más en los territorios ocupados.

Finalmente, Israel se ha pronunciado sobre sus planes inmediatos, que pasan por el desplazamiento forzoso de los palestinos, los de Cisjordania a Jordania, y los de Gaza al Sinaí egipcio. El único que condenó esta práctica es el secretario general de la ONU, a quien el lobi judío invitó de inmediato a dimitir por ser una «amenaza para la paz mundial». Los palestinos, mientras tanto, rechazan todos los planes de Israel de repetir lo que hicieron con sus abuelos en 1948 (Nakba). Entonces hubo una resolución de la ONU de partición de Palestina en dos Estados que el sionismo rechazó de inmediato. Los palestinos acogieron el derecho legítimo de resistir y luchar.

Últimamente, la extrema derecha israelí, encabezada por Netanyahu y apoyada por los partidos religiosos, pone las cartas boca arriba con sus intenciones de crear el Gran Israel desde el Nilo hasta el Éufrates. Eso significaría la desaparición de Palestina, Jordania, Siria, Líbano, norte de Arabia Saudí, gran parte de Irak, el Sinaí y parte de Egipto. En más de una ocasión, Netanyahu ha mostrado ese mapa en público.

Yo invito a los incautos mandatarios a afrontar la realidad y abandonar la imaginación y el engaño. Siempre he defendido una única fórmula viable: la creación de un único Estado donde convivan palestinos e israelíes con iguales derechos y deberes (una tierra y dos pueblos), consciente de que es una fórmula que rechazará el Gobierno israelí de principio a fin, porque no cumple las aspiraciones expansionistas del sionismo.

Anan Abdalah es médico de origen palestino. Ha desarrollado su carrera profesional en Galicia, donde reside, y es el autor de la trilogía Ojos de Palestina, en la que novela la tragedia de su pueblo.