Llegan los dulces de Pascua con la rosca más cara y mucho chocolate

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Algunas pastelerías mantienen el precio en 14 euros el kilo, en otras llega a los 17,50 euros

01 abr 2023 . Actualizado a las 20:59 h.

La Semana Santa sabe a vacaciones, procesiones y, también, a dulce. Toda ocasión es buena para comer rosca, pero, con el permiso de Reyes, es en estas fechas cuando llega a más mesas. La tradición manda a los padrinos regalar a sus ahijados el postre más redondo, aunque este parentesco no es condición sine qua non para disfrutarlo en familia. Los bautizos van a menos, pero la rosca no entiende de religiones y sigue siendo la reina de Pascua y vísperas en las pastelerías.

En algunas de ellas estará este año más cara por aquello de la subida de precios de las materias primas. Con el azúcar, los huevos y la manteca por las nubes en algunos negocios han optado, ya a principios de año, por subir precios y aun así, explican, pierden dinero. Las tarifas que se pueden encontrar en las pastelerías de la comarca se mueven en una horquilla de 14 a 17,50 euros el kilo.

Los que más despachan hicieron un ejercicio de contención. Es el caso de Panadería Patri (Vilanova), donde, con una producción de entre 3.000 y 4.000 kilos de rosca, pueden permitirse ajustar los márgenes de beneficio. Allí la rosca se vende a 14 euros el kilo, igual que el bizcocho, y se las quitan de las manos. Las ventas se adelantan cada vez más en el calendario de modo que para este fin de semana ya tenían numerosos pedidos para entregar a domicilio y en tienda, donde en estas fechas es habitual ver colas a la puerta.

Las que más éxito tienen son las de kilo y medio y dos kilos, aunque en su horno de leña llegan a cocer roscas de quince kilos, que, por supuesto, el panadero y empresario Dani -en la imagen- reparte siempre entre los suyos.

Él y su mujer Jénifer llevan ya varios días con las manos en la masa, y en el chocolate, porque Panadería Patri también elabora sus propias monas. Allí funden el cacao y les dan las formas más variopintas, desde el huevo tradicional hasta recreaciones de consolas Nintendo y de los emoji con sonrisas que alimentan los wasap.

Confitería Montse de Cambados es otra de las que elabora sus propias casitas y zapatos de chocolate, pero no todas disponen de la logística necesaria para ejercer de artesanos del cacao, de modo que en Alonso (Vilagarcía) recurren a un proveedor artesanal y en Costa (Cambados) siguen fieles a la casa Simon Coll desde hace más de treinta años.

La oferta es amplia, en tamaño y precios. El escaparate de Yoli (Vilagarcía) es un buen ejemplo. Allí se pueden encontrar huevos de Pascua desde 5,50 euros a casas de chocolate que hacen la boca agua que llegan a los 80 euros, y por supuesto, las monas con peluches, que triunfan para los bebés.

De rosca, chocolate y bizcocho, por este orden, se conforma la carta de postres de una Semana Santa que, frente al asueto que disfruta la mayoría del país, en las pastelerías se vive con mucho trabajo. La mayoría de la gente suspira porque los nubarrones del sábado se disipen y salga el sol —que parece que así será a partir del domingo—, aunque a los pasteleros les conviene más un ambiente gris, por aquello de que con el buen tiempo la gente sale a pesar y se decanta más por un helado al lado de la playa que por una rosca acompañando el café y el chocolate caliente alrededor de la mesa.