El sueño de una pareja joven se está haciendo realidad en Ourol gracias al «crowdfunding»

y. garcía OUROL / LA VOZA PONTENOVA / LA VOZ

OUROL

CEDIDA

Bajo el nombre de Alas Raíces, Cristina González y Sébastien Leprévost levantan su hogar y un centro social y cultural en Xerdiz

06 oct 2022 . Actualizado a las 22:43 h.

Después de haber viajado por distintos rincones del planeta, las vidas de la gallega Cristina González y el francés Sébastien Leprévost se entrelazaron en Xerdiz (Ourol), a los pies de una casa centenaria con un ángel labrado en piedra en la entrada. Allí dan forma a un proyecto personal y profesional muy especial, llamado Alas Raíces. Se plantea como «casa de oficios, centro de arte y autodesarrollo» y lugar de reencuentro. Es «un proyecto hilado por el amor a la tierra, el amor de pareja, de hogar, amor a nuestras actividades y amor por compartir», explica ella en un vídeo de YouTube con el que anuncian la campaña que han abierto de crowdfunding (micromecenazgo a través de www.goteo.org, donde han recibido ya más de 2.000 mil euros, confiando en alcanzar mínimo 4.500 euros y ofreciendo recompensas a los cofinanciadores como desgravación fiscal y precios rebajados en cursos que organizan). El día 20 finalizará dicha campaña de recaudación de fondos para su «proyecto-hogar». Están rehabilitando con sus manos (él es carpintero) y ayuda amiga la que es su vivienda desde hace año y medio, donde tienen intención de convertir la tercera planta en «un centro de encuentro para actividades, formaciones y una zona de alojamiento compartido». «Queremos dinamizar la aldea, que vuelva a cobrar vida y fomentar el encuentro entre vecinos y visitantes, por ello queremos hacer actividades formativas y culturales en las áreas de carpintería, autodesarrollo, bienestar y arte», añaden.

Prevén dedicar un espacio al que es el oficio de Sébastien desde hace 20 años y a la disciplina que desarrolla Cristina, dentro de la corriente psicológica Gestal (tiene consulta en el centro Coworking de Viveiro) y técnicas influencias por el budismo, «para _dice_ axudarnos a conectarnos co noso ser e a responsabilidade de ser no mundo», ofrecer actividades vinculadas «á promoción da sáude, sobre todo a nivel emocional, a través da ferramenta que eu máis utilizo, para coñecernos máis, conectar máis con nós mesmos, e ter máis autosoporte para afrontar todos os desafíos que nos pon a vida».

Otro pilar son las actividades culturales como conciertos, talleres de pintura y residencias artísticas. En el plano musical, ya contaron con un concierto de Ugia Pedreira, en septiembre. A nivel de voluntariado ya han recibido a italianos y alemanes, entre otros. Y a nivel formativo, ya realizaron un curso de bioconstrucción, «que é o sistema que estamos utilizando para renovar a casa buscando materiais naturais, transpirables e... moita madeira». Sin olvidar, ya que la casa está en plena naturaleza, otras acciones sobre cultivo de la tierra, procesamiento de alimentos, conocimiento de hierbas medicinales y cosmética natural: «Que a cociña se convirta nun laboratorio». En noviembre harán «un curso de saberes ancestrais e un obradoiro de cosmética natural e xabóns». Y en mayo de 2023, otro previsto de carpintería. La idea es organizar actividades «en grupos reducidos y precios populares». Y «aprender juntos, sobre la vida en la aldea», añaden.

Ambos «fomos moi nómadas», declaran, antes de enraizar en Xerdiz. Él viajó por Brasil, Perú y Uruguay antes de volver a Francia, para dejar después su etapa en la construcción y pasar a vivir durante dos años como voluntario de Workaway, participando en diversos proyectos rurales y circulando en su caravana. Hasta que llegó a Galicia y asentó vida y oficio. También había estado en Canadá y en África. Cristina trabajó de cooperante internacional, relata, y estuvo en Bolivia, Río de Janeiro, Montevideo, República Dominicana, Perú y Guinea Bissau. «O estilo de vida pódese cambiar totalmente», certifica. Y contrarrestar la despoblación rural con proyectos que conecten con el lugar: «Levamos unha vida moi activa. O máis importante é integrarnos cos veciños. Iso dá vida á aldea».