Carpetazo definitivo a las negociaciones por la última conservera de Viveiro, la de Albo

A MARIÑA

Protesta de las trabajadoras de Albo, en el pasado mes de julio
Protesta de las trabajadoras de Albo, en el pasado mes de julio PEPA LOSADA

Las trabajadoras, que celebraran este miércoles una asamblea, elegirán entre mudarse a Salvaterra o ser indemnizadas

03 ago 2022 . Actualizado a las 16:47 h.

Ayer se celebró la última de las reuniones entre la conservera Albo y la representación sindical de la plantilla de Celeiro, dentro del expediente de movilidad geográfica iniciado por la firma, que cerrará la fábrica viveirense para centralizar la producción en Salvaterra de Miño. La CIG, único sindicato con representación en la planta, y la patronal llegaron a un principio de acuerdo que hoy se comunicará al personal en una asamblea.

A lo largo de los últimos días -la anterior reunión fue el pasado 27 de julio- las negociaciones se centraron en encontrar la mejor salida para las trabajadoras, ya que Albo insistió hasta el final en el cierre de la fábrica viveirense, y no hubo avances sobre la posibilidad de que otra empresa tomase el relevo productivo en la planta de Celeiro, donde trabajan 42 personas, la mayoría mujeres con más de 50 años.

La representación sindical de las trabajadoras llegó a la reunión de ayer, celebrada en Santiago de Compostela, con una contraoferta consensuada y aprobada en asamblea. La multinacional presentó su propuesta final y tras limar las diferencias durante la mañana y parte de la tarde, principalmente en lo relativo a las indemnizaciones que corresponderían a las trabajadoras, se llegó a un principio de acuerdo para cerrar el período de consultas del expediente de movilidad geográfica.

Los pormenores se comunicarán hoy a la plantilla. Las operarias deberán decidir individualmente si aceptan la movilidad geográfica propuesta por Albo, mudándose a 271 kilómetros de distancia, o bien las indemnizaciones por la pérdida de su empleo.

Consultadas al respecto, fuentes de la CIG prefirieron ayer no hacer declaraciones sobre la negociación, a fin de informar antes a la plantilla en la asamblea. Sí confirmaron que no habrá una prórroga de las conversaciones y señalaron su «desamparo» al no producirse avances para encontrar un proyecto productivo que mantuviese los empleos en Celeiro. Así, manifiestan su descontento «coa Xunta de Galicia, pois non se moveu nada por conservar os empregos na Mariña».

Viveiro se quedará así sin la última de sus conserveras

Albo, perteneciente al grupo chino Shanghai Keichuang desde 2016, pretendía cerrar la planta de Celeiro tras el verano, aunque es probable que la producción continúe algo más de tiempo. Aunque por ahora no trascendieron los términos del acuerdo, la firma accedió en reuniones anteriores a prolongar la actividad hasta noviembre, lo que ayudaría especialmente a algunas operarias pendientes de la prestación por desempleo.

Cerrará así la última conservera que quedaba en el municipio de Viveiro, donde desde el siglo XVIII hasta los pasados años 70 hubo una intensa actividad conservera y salazonera. Hasta 43 factorías ejercían las actividades de salado y prensado de la sardina, que convivían con las primeras de escabeche y aceite.