Tirando el reguetón popero llevaron la música latina a lo más alto
23 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La canción del verano del año 2017 realmente se lanzó en invierno. Cuando los termómetros estaban muy por debajo de los veintitantos y treintaitantos grados habituales en julio y agosto, Luis Fonsi y Daddy Yankee editaban Despacito. El tema respondía a una corriente que ya había tenido mucho éxito en años anteriores. Consistía en mirar al reguetón desde el pop, suavizando sus ángulos percusivos y eliminando excesos líricos, para hacerlo un producto para todos los públicos. Enrique Iglesias con Gente de Zona o Carlos Vives con Shakira ya habían alcanzado el número uno con fórmulas similares antes, pero aquí se iban a rebasar todas las previsiones y récords imaginables.
Solamente La macarena había logrado encabezar la lista Billboard Hot 100, algo que el Despacito hizo durante 16 semanas. Y hasta la llegada de Baby Shark fue el vídeo más visto de la historia de YouTube. Son solo dos datos del apabullante éxito de una canción que sonó y sonó sin parar aquel verano, con la misma intensidad con la que ya lo había hecho en los meses anteriores. Concebida en su maqueta como un tema reggae, la pieza evolucionó hacia una fórmula final en cuya arquitectura se encuentran muchas de las claves del éxito pop contemporáneo.
El contraste entre la pulcritud interpretativa de Fonsi y el bombardeo canalla de Yankee funciona a la perfección con un tema que modula la velocidad de manera magistral. La reduce justo antes de soltar un «des-pa-ci-to», marcando las sílabas, que se convirtió en adictivo aquel año. Más allá de un tema de verano, Despacito sirvió para certificar un cambio de paradigma en el pop internacional: la llegada de lo latino a la cima.