Los hispanos exigen a Obama que aborde la reforma de la emigración

Tatiana López PHOENIX/LA VOZ.

INTERNACIONAL

La gobernadora del Estado anuncia un recurso contra la decisión de la jueza Susan Bolton. La paralización parcial de la ley contra los indocumentados no frena las protestas de los activistas.

30 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El bloqueo parcial de la ley de Arizona que criminaliza la inmigración no detuvo a cientos de manifestantes, muchos de ellos hispanos, que exigieron ayer en Phoenix, la capital del estado, ir un paso más allá y abordar ahora una reforma migratoria inmediata, con el reconocimiento de los derechos de indocumentados. «Ganamos una batalla, pero la guerra sigue». Emilia Manuelos, abogada de profesión y activista, sabe bien que la lucha que conduce a la regularización de la emigración no se gana en un día. «Estoy aquí porque sé que, a pesar de que ayer dimos un paso adelante, todavía queda mucha camino».

No es la única que opina así. Como ella, centenares de manifestantes, varios de ellos detenidos por la policía, se reunieron a las puertas de la cárcel del condado de Maricopa County, en la ciudad de Phoenix, para exigir la paralización total de una ley, la SB170, que ayer entró en vigor solo parcialmente, después de que la jueza estatal decidiera congelar las partes recurridas por el Gobierno Obama y que son también las más controvertidas.

La suspensión temporal de estas premisas mientras no haya resolución definitiva sobre el fondo del asunto no significará, ni mucho menos, el fin de una polémica cuyos tentáculos se extienden hasta el mismo Washington y que amenaza con crear un efecto dominó en el resto del país. «Esta ley es como un cáncer que podría extenderse y por eso es necesario que lo cortemos de raíz aquí, si no queremos que siga creciendo», advierte Emilia, que no duda que la lucha será «a muerte, porque para la gobernadora de Arizona esta ley se ha convertido en su mejor publicidad».

La republicana Jan Brewer, que dio orden a la policía de hostigar a los activistas, advirtió precisamente ayer que no se rinde ante la decisión de la jueza y que la recurrirá, incluso apelando al Tribunal Supremo si hace falta. «La pelea está lejos de haber terminado», advirtió la gobernadora, convertida en la nueva estrella del partido en la oposición, que estos días está utilizando el problema de la emigración ilegal como revulsivo para movilizar a las bases más conservadoras de cara a las elecciones.

También desde las filas demócratas la reforma se ha convertido en un tema caliente de cara a las elecciones al Congreso que tendrán lugar en noviembre y en las que Obama espera contar con el voto de los latinos. Para conseguir su apoyo deberá esta vez aportar algo más que promesas y discursos, ya que tan solo un 52% de los hispanos hablantes lo apoyan ahora mismo, 8 puntos menos que cuando ganó las elecciones.  

«Obama debe cumplir con su promesa de realizar una reforma migratoria y dar papeles a los indocumentados», concluye Emilia. En su opinión, «si no lo hace así, sabe que se arriesga a perder porque los presidentes pasan, pero la lucha sigue».