Sigler: «Haré huelga de hambre para dejarme morir si Castro no me autoriza ir a EE.UU.»

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El preso político cubano más grave, parapléjico, que aún espera poder salir de Cuba para curarse, afirma que a los enviados a España les están cambiando años de cárcel por destierro

16 jul 2010 . Actualizado a las 02:34 h.

Ariel Sigler es el primer disidente cubano excarcelado del prometido grupo de los 52. Ocurrió el 12 de junio, con una licencia extrapenal. Era el opositor preso más enfermo y su vida corría peligro. Raúl Castro no quería otro Orlando Zapata. Ariel Sigler pasó de ser un deportista robusto, admirado por su complexión física, a parapléjico en la cárcel hace dos años. Sufre cuatro enfermedades crónicas que afectan a su aparato digestivo, hipotensión, hipoglucemia, hemorroides grado 3..., y desnutrición grave. Y después de más de un mes, el Gobierno sigue sin darle el permiso para viajar a EE.UU. a tratarse.

?¿Cómo se encuentra?

?Cansado y fatigado. Sufro mareos y náuseas. Estoy en la raya roja y ya no puedo contar con mi vida.

?¿Por qué renunció a la atención médica en Cuba?

?No confío en el sistema sanitario del Gobierno, porque trataron de desautorizarme en cuanto a mi salud mental. Mi estado es muy delicado.

?Fue excarcelado hace más de un mes y EE.UU. le ofreció una visa humanitaria.

?Es algo inexplicable, inédito. EE.UU. me concedió una visa y ni yo ni nadie comprende por qué permanezco aquí. Tengo toda la documentación para viajar y el Gobierno me pone trabas y frenos para que me vaya deteriorando. Me están reteniendo y necesito atención médica con urgencia. Estoy sufriendo. ?¿Qué le dicen?

?Ayer [por el miércoles] fuimos a Matanzas, a la oficina de Inmigración, y una oficial me dijo que no era tiempo todavía de otorgarme el permiso de salida.

?Otros han llegado a España

?Según ellos, en 15 o 20 días se determina si dan o no la carta blanca, pero llevo 33 días. Por eso tuve un altercado con otro oficial y me dijo que el lunes 19 darían una respuesta.

?¿La espera positiva?

?Si Castro no me autoriza a ir a EE.UU. y quiere asesinarme lentamente, mis familiares y yo haremos una huelga de hambre para dejarme morir y facilitarles su objetivo.

?¿Cómo se explica que salgan otros y usted no?

?El régimen se está ensañando conmigo, que soy el más necesitado. Es una venganza conmigo y con mi familia. El cardenal Ortega le dijo a mi esposa que si fuera para España sería de un día para otro porque el régimen tiene más flexibilidad con España, pero decidí EE.UU. porque tengo allí familia. Y son inconcebibles esas diferencias, aunque lo atribuyo a mi actitud de respeto a EE.UU.

?¿Cómo recuerda su excarcelación?

?Los últimos en enterarnos fuimos mi esposa y yo. El 11 me otorgaron la libertad. El boletín que divulgó el cardenal Ortega a las diez no nos fue comunicado hasta las ocho del día siguiente. Lo sabían todos y nosotros, no. Me explicaron que es licencia extrapenal, libertad condicional por enfermedad.

?¿Qué sintió?

?Ni alegría ni satisfacción, porque no creo ni confío en el régimen. Mi esposa expresó gracias a Dios. Yo no me creía que estaba libre. Solo sentí el aire de libertad cuando llegué a mi casa y me recibieron mis hermanos, los vecinos, la prensa. Fue cuando me sentí con los míos.

?Su peor momento

?No comenzó en prisión. Fue cuando comencé a leer La defensa de los derechos humanos y la democracia en Cuba. Entonces vi el sufrimiento del pueblo que estaba atado de pies y manos por la dictadura y decidí adoptar una actitud contestataria al régimen, por la libertad y la democracia. Fue en 1996 y llegó la represión y los encarcelamientos.

?¿Cómo es una cárcel cubana?

?Son únicas en el mundo por las condiciones infrahumanas. En Cuba vale más un perro en una calle que un preso en prisión. Hay hacinamiento y la alimentación es incompleta. Para desayunar te dan un trozo de pan y agua caliente con azúcar. Al mediodía, tres cucharadas de arroz y un caldo que no se sabe qué es, se ve el fondo del plato y una carne putrefacta, verde...

?¿Fue torturado?

?Las cinco prisiones en las que estuve en siete años tienen el mismo corte de represión, golpizas, hambre..., son para subsistir y mantenerte débil. Son inhumanas, aquí no se puede estar, no se puede vivir, no nos tenían ni separados de los presos de alta peligrosidad

[Se corta el teléfono y tras una nueva llamada prosigue]. Ya ve, no quieren que les cuente, que se sepa, y seguro que están grabando.

?Enfermó en prisión

?Ese tiempo me ha marcado.

?¿Qué opina de Fariñas?

?Es un entrañable amigo y hermano de lucha. Merece la admiración y respeto de la comunicad nacional e internacional porque expuso su vida por la libertad de los presos enfermos. Es un héroe junto con el mártir Orlando Zapata. Es algo muy grande, adorable, ante el que nos tenemos que quitar el sombrero. Le debemos lo que está sucediendo, a ellos, a las Damas, a la comunidad mundial, a la oposición, dentro y fuera de Cuba, a la prensa.

?¿Y la Iglesia?

?Aquí ha habido una conversación tripartita que no fue transparente, entre el Gobierno, la Iglesia y el canciller Moratinos, y se han olvidado de la cuarta pata de la mesa, la oposición que ha luchado durante estos 50 años. ¿ Y qué hizo la Iglesia este tiempo? Ahora, la Iglesia y Moratinos se han querido apoderar de nuestro fruto y resolver una situación al Gobierno cubano con nuestro sacrificio, que han querido robar. Moratinos vino con el objetivo de dar al mundo la imagen de que son buenos y resolverles el problema de la crisis económica. Y aquí no tiene que venir nadie a resolver. Tenía que haberse reunido con la oposición.

?Entonces, ¿no comulga con las excarcelaciones?

?No estoy de acuerdo con estas excarcelaciones gestadas por la Iglesia y Moratinos, no son excarcelaciones, son cambios de condenas, años de prisión por destierro. Debían excarcelarlos a la calle y que decidieran ellos si ir a otro país. Lo que está sucediendo no es producto del gesto de buena voluntad del régimen de los Castro, que es lo que quieren hacer ver, es gracias a la actitud contestataria de la oposición.