Decenas de miles de inmigrantes se manifestaron ayer por todo Estados Unidos para pedir la reforma de las leyes migratorias y protestar contra la norma recientemente aprobada en Arizona. En más de ochenta ciudades de treinta estados se celebraron marchas durante todo el día. Las mayores movilizaciones se produjeron en el estado de California, donde además de las manifestaciones de Los Ángeles y San Francisco estaban convocadas marchas en otras veinte ciudades, y también en la costa este con manifestaciones celebradas en Nueva York, Boston o Washington.
Como en casi todo aquello que tiene que ver con los derechos civiles, los estados menos movilizados fueron los del sur, aunque en Nuevo México y Colorado sí hubo algunas concentraciones, y en los estados centrales como las dos Dakotas, Utah, Montana o Idaho no había sido convocada ninguna manifestación.
En Arizona se celebraron vigilias, ya que las organizaciones de defensa de los inmigrantes intentaron evitar concentraciones de estos que permitieran a la policía aplicar la ley recientemente aprobada, y contra la que se manifestaban las miles de personas que salieron ayer a la calle en todo Estados Unidos.
Y es que esta ley obliga a las fuerzas de seguridad a interrogar por el estatus migratorio a aquellas personas sospechosas de estar de forma ilegal en el país. Ha sido precisamente esa disposición la que ha levantado una enorme polvareda entre los norteamericanos. Y es que la gran pregunta es ¿cómo puede detectar la policía que alguien es sospechoso de estar de forma ilegal en el país? Incluso la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, que firmó la ley, tuvo que responder a esa pregunta a instancias de los periodistas. Su respuesta fue que eso era cuestión de la policía y no de ella.
Los críticos con la ley afirman que impulsa la discriminación racial ya que la policía solo se basará en el aspecto físico de los ciudadanos. Y cuando se habla de su aspecto físico, sobre todo en Arizona, se está hablando de si son hispanos o estadounidenses. Arizona, que tiene el mayor tramo de frontera con México tras Tejas, es el estado por el que pasa el mayor número de inmigrantes sin visado. Los legisladores estatales de Arizona, de mayoría republicana, habían presentado en varias ocasiones leyes como la que acaban de aprobar, pero la anterior gobernadora del estado, Janet Napolitano, actual secretaria de Seguridad Interior del Gobierno de Barack Obama, siempre las vetó. Ha sido la llegada de la nueva gobernadora, la republicana Jan Brewer, la que ha dado luz verde a la legislación contra los inmigrantes más dura de todo el país.
Además de las protestas contra esta legislación adoptada en Arizona, evidente en el lema de la mayoría de las marchas: «Todos somos Arizona», los miles de inmigrantes que ayer salieron a las calles de Estados Unidos también hicieron un llamamiento al Gobierno federal. La petición era que se ocupe de la reforma migratoria. Y es que Obama prometió durante su campaña electoral que sería una de las prioridades para el primer año de mandato, después lo retrasó al segundo año y la semana pasada afirmó que tampoco ve probable que el Congreso se ocupe de ello este 2010.