Grecia elige nuevo Gobierno entre dos rancias dinastías

Philippe Perdriau

INTERNACIONAL

Los Karamanlis y los Papandreu se disputan el poder desde hace medio siglo, y hoy los segundos podrían desbancar a los primeros

04 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Georges Papandreu, considerado favorito de las elecciones legislativas de hoy en Grecia, y el primer ministro saliente, Costas Karamanlis, son representantes quincuagenarios de dos grandes familias que han dominado durante años la política griega. Karamanlis ha derrotado dos veces a su adversario, en el 2004 y el 2007, la primera poco después de la llegada de Georges Papandreu a la dirección del Pasok, desgastado por 20 años de poder casi continuo. Hijo del fundador del Pasok, Andreas Papandreu, y presidente de la Internacional Socialista, Georges Papandreu, de 57 años, ha apostado por dar un nuevo impulso al partido, desorientado por la pérdida del poder y zarandeado por el debate entre sus tendencias. Frente a él, el conservador Karamanlis entró en la política a la sombra de su padre, que fue el primer jefe de Gobierno socialista de Grecia, pero adquirió después su propia experiencia, ocupando una serie de ministerios en los años ochenta. Siendo responsable de Exteriores, fue el artífice en 1999 de la normalización de las relaciones con Turquía. Tercer Papandreu Papandreu, nacido en 1952 en Minnesota (EE.?UU.), de madre norteamericana y formado en ese país, Suecia y Gran Bretaña, se ha esforzado también en mantener buenas relaciones con su país de nacimiento, pese al antiamericanismo de los griegos. A quienes le reprochan haber «heredado» el partido, les dice que puso en juego su mandato tras su segunda derrota, en el 2007, y que fue reelecto por un congreso ampliado del Pasok. Si gana hoy, será el tercer Papandreu que gobierne el país, después de su padre y de su abuelo, el centrista Georges Papandreu (1888-1968). Por su parte, el jefe de la Nueva Democracia, Costas Karamanlis, de 53 años, se esforzó durante mucho tiempo en dar la imagen de un político que está por encima de los intereses de los partidos. Su popularidad se vino abajo sobre todo tras los disturbios de diciembre pasado por la muerte, a manos de la policía, de un adolescente, y por la deficiente actuación ante los incendios que asolaron el país en el 2007 y este año. Fue elegido en 1997 presidente de la ND en gran medida gracias a su apellido, el mismo de su tío Constantin Karamanlis, líder de la derecha que restableció la democracia en 1974 antes de ser elegido presidente de la República. Pero Costas heredó un partido debilitado y dividido. Logró restaurar la unidad y poner fin en el 2004 a dos decenios de predominio socialista. Tras un primer mandato con buenos resultados económicos, fue reelecto en el 2007. Perdida su popularidad, y con una mayoría en el Parlamento por solo un escaño, en la mitad del mandato convocó elecciones. Grecia acude a las urnas bajo la sombra de una de las crisis económicas más profundas en tiempos modernos, con un índice de desempleo del 9%, una deuda pública de más del 107% del PIB y un enorme déficit de la balanza comercial de 14.500 millones de euros, según la oficina de estadística Eurostat. Evasión fiscal y corrupción Durante la campaña electoral, tanto Karamanlis como Papandreu han anunciado su intención de combatir la endémica evasión fiscal, un deporte nacional, que cuesta anualmente miles de millones al fisco. Los primeros involucrados en mermar los ingresos tributarios son algunos inspectores de Hacienda, bajo sospecha de corrupción y extorsión al contribuyente para evitar el pago de mayores cantidades, un fenómeno de dominio público. Los expertos estiman que la cantidad evadida anualmente al fisco ronda los 12.000 millones de euros. Papandreu ha prometido remediar esta situación «elevando los impuestos a los ricos», sin cargar a las clase media y baja, aunque muchos ciudadanos creen que esta es una pura promesa electoral que pasará al olvido si los socialistas asumen el poder. Los últimos casi seis años del Ejecutivo conservador de Karamanlis estuvieron además plagados de escándalos de corrupción y protestas.