Obama contraataca resucitando un escándalo financiero de McCain

Tatiana López

INTERNACIONAL

El afroamericano acusa a su rival de desviar con calumnias la atención sobre los problemas económicos

07 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

No hay mejor defensa que un buen ataque. Con los guantes puestos llegan esta noche a su segundo debate presidencial Barack Obama y John McCain, quienes a menos de un mes de las elecciones han convertido la campaña en una guerra abierta por el voto de los indecisos.

El domingo, la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, abrió la veda al acusar a Obama de «ser amigo de terroristas», en alusión a sus supuestas relaciones con Bill Ayers, fundador de un grupo radical izquierdista que cometió una serie de atentados en los años sesenta y setenta con la guerra de Vietnam de fondo.

Unas horas después, el líder afroamericano respondió al ataque de Palin acusando a McCain de estar más interesado en iniciar una campaña de desprestigio contra su persona que en centrarse en la situación económica del país. «Quiere distraer con calumnias la atención de los verdaderos problemas», dijo.

En su papel de «pitbull con pintalabios» -como ella misma se definió-, Sarah Palin insistió ayer en cuestionar el vínculo del demócrata con un terrorista. La campaña de McCain ha optado por presentar a un Obama ya no solo como un político inexperto, sino incluso peligroso. La ofensiva republicana no es nueva. Ya en el 2004, George W. Bush atacó a John Kerry por su supuesta falta de heroísmo en Vietnam.

McCain, en caída libre en los sondeos, está dispuesto a llevar esa línea dura al debate de esta noche (madrugada en España).

Los cinco de Keating

Pero las filas demócratas contraatacaron ayer con un documental de 13 minutos centrado en la implicación de McCain en un caso de corrupción política en los años ochenta, bautizado por la prensa como el escándalo de Los cinco de Keating .

Según la comisión de investigación que llevó el caso, los senadores republicanos John McCain, Alan Cranston y John Glen, entre otros, fueron acusados de corrupción y abuso de poder después de haber respaldado varias prácticas fraudulentas por parte de Charles H. Keating, presidente del banco Asociación de Préstamos Lincoln, en 1987. La mala gestión de Keating le acabó costando al Gobierno de Washington 2.000 millones de dólares.

El hecho de que todos los senadores hubieran recibido más de 1,3 millones de dólares en donaciones por parte del banco encendió las alarmas en Washington, aunque al final acabó perdonando al senador de Arizona «por su falta de buen juicio».

Considerado como uno de los capítulos más negros en el currículo de McCain, las similitudes entre el desplome de Keating y la actual crisis financiera son el centro del documental que Obama estrenó ayer en su web.