El Gobierno de Merkel apoya el abatir aviones secuestrados

Enrique Müller

INTERNACIONAL

18 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Dos ministros del Gobierno de la canciller Angela Merkel, el de Interior, Wolfgang Schäuble, y el de Defensa, Franz Josef Jung, protagonizan una campaña de intimidación que tiene en estado de alerta a la nación. El primero confesó que la gran preocupación de los organismos de seguridad es llegar a saber cuándo los terroristas llevarán a cabo un atentado con material nuclear en el país [cuándo, dándo por hecho que lo va a haber] y Jung volvió a mostrarse a favor de que las fuerzas armadas puedan derribar aviones de pasajeros, si han sido secuestrados por terroristas.

Schäuble admitió que las autoridades carecen de una visión global que les permita detectar todas las amenazas terroristas o la capacidad de estos grupos de actuar con armas químicas biológicas o nucleares.

Al día siguiente, su colega de Defensa, revivió un debate que había quedado zanjado por una sentencia del Tribunal Constitucional emitida en febrero del año pasado, cuando señaló, desde la revista Focus , que él podría dar la orden de derribar un avión de pasajeros secuestrado por terroristas, para evitar una masacre similar a la ocurrida el 11-S.

«Existen las bases legales para una acción de esa índole, pero seria conveniente más claridad constitucional», dijo Jung, y añadió: «Si no hay otros medios yo podría dar la orden de derribar (un avión) para proteger a nuestros ciudadanos»

Sus palabras fueron muy criticadas por la oposición y por los líderes del partido Socialdemócrata (SPD), que las consideró «poco afortunadas».

Ley anticonstitucional

De hecho, el ministro Jung cometió un error imperdonable al desconocer una sentencia del Constitucional, que dejó sin efecto una ley del Gobierno del ex canciller Gerhard Schröder que buscaba, precisamente, claridad constitucional para poder derribar aviones secuestrados por terroristas. Pero el máximo tribunal alemán señaló que el Estado no puede erigirse en ejecutor de vidas inocentes aunque la intención sea la de salvar otras. Y sentenció que la ley violaba la dignidad humana.

Jung vivió ayer una severa pérdida de autoridad cuando los pilotos de guerra del ejército alemán señalaron que no acatarían, si se llegase a dar, la orden del ministro. El inédito motín de los pilotos no tiene precedente en la historia militar moderna del país, pero la decisión dada conocer ayer en Berlín dejó en ridículo al propio ministro. La asociación de pilotos de guerra calificó las declaraciones de Jung de requerimiento anticonstitucional y recomendó a los pilotos no obedecer esas órdenes.