Un paso más hacia la libertad

LUGO

La emoción va en aumento en el grupo de internos del penal de Monterroso que están haciendo el camino Francés. Ayer cubrieron el tramo de Portomarín a Palas

12 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El grupo de internos del centro penitenciario de Monterroso que están realizando el camino Francés, acompañados por el director, Víctor Fraga, el encargado del aula de adultos, un traductor y un funcionario realizaron la etapa entre Portomarín y Palas de Rei.

El grupo está formado por reclusos que cumplen condena por delitos menores y que por lo tanto están facultados para participar en este tipo de actividades al aire libre. Son personas que se interesaron por la experiencia desde el primer momento y que participan en él de manera voluntaria.

El grupo está formado por internos de distintas nacionalidades: un chino, un francés de origen argelino, un marroquí, un venezolano, un liberiano y un irlandés.

La iniciativa está incluida en el proyecto europeo Grundtvig en el que participan España, Noruega, Alemania, Francia y Turquía. El objetivo que persigue es colaborar en la convivencia entre reclusos de distintas procedencias.

Una vez concluida la ruta, el siguiente paso será que las notas, fotografías e imágenes que han tomado a lo largo de las etapas se resuman en un libro que pretenden editar. Por eso es habitual verlos con cámaras de vídeo y fotos y tomando anotaciones continuamente.

Los integrantes de la expedición agradecieron que por primera vez no tuvieran que hacer una etapa con la lluvia como incómoda compañera. Gracias a ello pudieron detenerse a intercambiar experiencias con otros peregrinos, compartir con ellos el menú común que llevan o detenerse simplemente a contemplar el paisaje disfrutando así al máximo de una jornada en libertad a la que no están acostumbrados.

Los que repetían experiencia destacaban lo enriquecedor que para ellos estaba resultando el camino mientras que los que se estrenaban no podían ocultar su emoción por disfrutar de un día al aire libre.

La realidad es que ayer tuvieron todo a favor, ya que antes de iniciar la caminata tomaron fuerzas gracias a la invitación de la alcaldesa de Portomarín, Silvia Rodríguez, a desayunar la típica parva, comida a base de pan y azúcar mojado en aguardiente que da fuerza a peregrinos y campesinos.