El fuego destruye 30 hectáreas en el corazón de la Serra do Faro

LALÍN

15 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un incendio de considerables dimensiones causó importantes destrozos durante la noche del martes al miércoles en la ladera chantadina del monte Faro. Según el balance provisional facilitado por la Consellería de Medio Rural, ardieron alrededor de treinta hectáreas de terreno. La mayor parte son superficie arbolada.

«Eu vino a iso das once da noite cando volvía cara Chantada polo corredor de Lalín; o lume formaba un círculo moi grande e cunhas lapas moi grandes». La descripción es de Anxo Moure, el veterano activista ecologista chantadino, que está convencido de que se trató de un incendio provocado. «Non é a primeira vez que arde o monte así», afirma.

Efectivamente, no es el primer incendio que se produce en esa misma zona en los últimos años, pero sí alcanzó una dimensiones muy poco frecuentes para esta época del año. Las treinta hectáreas que avanza la consellería como superficie afectada suponen toda la falda del monte Faro que baja por Requeixo, más una porción de la vecina Esmeriz, justo en la zona que estaba en litigio entre las dos parroquias. Como el fuego empezó ya de noche, resultó imposible movilizar medios aéreos para su extinción, lo que dificultó su control durante las primeras horas.

En la fuente de la virgen

Las llamas llegaron incluso a las puertas del puesto de vigilancia contraincendios que tiene la consellería en la cima del monte. Se salvó la zona de la cumbre en la que está la capilla en la que se celebra todos los años la multitudinaria romería del 8 de septiembre, pero el fuego sí alcanzó los alrededores de la conocida como fuente de la virgen, a la que acuden ese día los más devotos.

En la consellería calculan que veinte de las hectáreas afectadas son de árboles y las otras diez de monte bajo. En la zona arbolada abundan pinos de porte pequeño pero plantados hace ya alrededor de treinta años.

Según la información facilitada por la Consellería de Medio Rural, el incendio empezó a las diez de la noche del martes. En las tareas de extinción participaron catorce brigadas de tierra, coordinadas por cinco agentes y un técnico, y apoyadas por media docena de camiones con agua y una excavadora. A primera hora de la mañana se les sumó un helicóptero.

La consellería lo dio por controlado a las once menos veinte de la mañana. Sin embargo, varias brigadas se quedaron durante todo el día apagando rescoldos y vigilando el perímetro del incendio para evitar que se reactivase. Los restos del fuego no dejaron de humear en toda la jornada.